"A consecuencia de la crisis nos quedamos en paro unas cuantas profesoras. Cada una de una disciplina diferente, pero con bastante experiencia en el ámbito de lo social. Y un día vi que socialmente cada uno va por su cuenta y que empezamos a carecer de valores..., así que me planteé: ¿Por qué no intentamos unificar lo que cada una tiene y hacer proyectos que se dediquen a la igualdad de género, a la conciencia medioambiental..., los unimos e impartimos talleres para dedicarnos a ello?".
Así fue como nació Chandamama en 2011, una asociación —y trabajando ahora como cooperativa desde 2018—, que imparte en la provincia de Cádiz talleres relacionados a la educación para el desarrollo dentro y fuera del aula.
Pero... ¿qué es la educación para el desarrollo? "Es la educación que dota a la sociedad de herramientas para mejorar la convivencia entre las personas de diferentes nacionalidades, y sobre todo en respeto con el medioambiente", responde Rosario Salán (Cádiz, 1979), una de las fundadoras del proyecto. "En definitiva, es la búsqueda de una sociedad más justa y menos individualista... Retomar lo que es el sentido comunitario", continúa.
Diana Villalta, Almudena Garrastázul, Beda Román, Rosario Salán y Mónica Martínez, educadoras sociales de Chandamama.
Diana Villalta, Almudena Garrastázul, Beda Román, Rosario Salán y Mónica Martínez, son las responsables de Chandamama, bautizada como una canción de cuna hindú ya que "a muchas de nosotras nos cogió en plena maternidad".
El proyecto, según cuentan, trata de educar, sensibilizar y concienciar en el respeto al medioambiente tanto dentro como fuera de las aulas, de ahí que los talleres que están llevando a cabo en colaboración con el Ayuntamiento de Cádiz y la Diputación, vaya en sintonía con el cuidado de la naturaleza y su ecosistema. Es el caso de Eccoceanos, curso que han realizado en los colegios Santa Teresa, Tierno Galván y Fermín Salvochea de Cádiz capital.
En concreto, Eccoceanos busca "dar herramientas a los menores para sensibilizarlos y que respeten el ecosistema marino, para así erradicar hábitos que se tienen desde la infancia como evitar el uso de plásticos", explica la docente gaditana.
"Los niños son esponjas, y adquieren conciencia de un día para otro. Algunos padres nos han dicho que, como no quieren botellas de plástico o zumos desechables, han tenido que ir a comprar botellas reutilizables, y que tampoco quieren usar más cañas de plástico, ni globos. el cambio es inmediato en la actitud de los pequeños", expone Salán, quien destaca que los menores se empoderan, y que se sienten poderosos a la hora de contribuir con un bien social. "En una de las actividades quitamos residuos de la playa, y es algo que se han tomado como un juego, porque muchos se lían a recoger plásticos incluso los fines de semana", sonríe.
Escolares durante una de las actividades del proyecto Eccoceano en Cádiz. FOTO: CEDIDA.
Además, llevan cuatro años trabajando en diferentes pueblos de la Sierra de Cádiz con dos proyectos a través de la Diputación: Ganesha (destinado a personas de la tercera edad, "a mayores activos, que es como nos gusta decir", en centros de mayores) y Baobab (para niños y niñas en ludotecas, en torno a cuatro bloques principales: educación ambiental, interculturalidad, igualdad de género y no violencia). "Y ahora este verano en una escuela de surf de Cádiz vamos a poner en marcha otro proyecto de sensibilización medioambiental: vamos a relacionar el deporte del surf con el cuidado de la playa", adelanta Rosario Salán.
Desde Chandamama buscan la concienciación del medioambiente. Y si bien han sido capaces de llegar a los más pequeños, tienen problemas a la hora de concienciar a los adultos, a las instituciones sobre los beneficios de la educación para el desarrollo.
No nos podemos mantener con esto. A las instituciones les cuesta mucho apostar por estas iniciativas
La asociación y la cooperativa son hoy una realidad, pero este no es el único medio de vida de estas docentes gaditanas. "Somos pluriempleadas", destacan. "No nos podemos mantener con esto. A las instituciones les cuesta mucho apostar por estas iniciativas, porque esto es sembrar la semilla, es a largo plazo y como no son resultados que se puedan vender políticamente rápido, nos encontramos con muchas dificultades", denuncian.
Finalmente, anuncian a lavozdelsur.es que su próximo objetivo es trabajar con adolescentes un taller sobre las mujeres de la generación del 27 y otro sobre resolución de conflictos, "quizá para el primer trimestre del curso que viene, a través de Diputación", indican.
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