El caso Julen retorció las entrañas de muchos a comienzos de 2019, cuando un niño malagueño cayó a un pozo de decenas de metros de profundidad en una finca, derivando en un operativo para intentar sacarle nunca antes visto. La familia pide ahora prisión para el dueño de la finca, David Serrano, por un delito de homicio imprudente agravado, mientras que la Fiscalía aprecia homicidio imprudente a secas y solicitas tres años de cárcel.
Los hechos ocurrieron en unos terrenos del municipio de Totalán, a las afueras de Málaga, donde los familiares acudieron con el pequeño Julen a echar el día un domingo. El niño de 2 años cayó por un pozo de apenas unos centimetros para ser hallado por los equipos de rescate a una profundidad de 75 metros. Durante esa semana, el operativo fue retransmitido por televisión y se conocieron todo tipo de detalles, produciéndose además todo tipo de especulaciones sobre lo ocurrido.
La Justicia llevará al banquillo por este suceso a David Serrano, como presunto responsable penal de la situación en la que quedó el pozo, que fue declarado ilegal por la administración. La prospección se realizó sin los preceptivos permisos, presuntamente, y de forma fortuita o imprudente, habría quedado al descubierto provocando que Julen cayera al pozo mientras paseaba por el lugar.
La agónica búsqueda de la familia acabaría nueve días después de la caída de Julen, cuando finalmente fue rescatado el cadáver.
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