Carnicería-charcutería Carlos, un clásico del centro de Jerez que vende por Whatsapp y Facebook

Francisco García Bermúdez, cuarta generación de carniceros en su familia y dueño de un negocio de la Corredera con más de 30 años de actividad, cuenta los secretos que hacen que su establecimiento siga funcionando frente a las grandes superficies y a contratiempos como la listeriosis

Francisco Barranco en Carnicería-Charcutería Carlos./ FOTO: MANU GARCÍA
Francisco Barranco en Carnicería-Charcutería Carlos./ FOTO: MANU GARCÍA

Ubicada en pleno centro de Jerez, carnicería-charcutería Carlos lleva más de 30 años ofreciendo una amplia gama de ibéricos, carnes de primera, recova, embutidos, salazones, entre otros muchos productos, a muchas familias jerezanas. Francisco García Bermúdez, propietario del establecimiento desde 2000, cuenta a lavozdelsur.es que desde ese año su negocio no ha dejado de evolucionar y adaptarse a las nuevas demandas de sus clientes. "En esos tiempos, las grandes superficies se podían contar con los dedos de una mano. A medida que la sociedad avanzaba, las necesidades fueron distintas y nosotros tuvimos que adaptarnos", cuenta.

La forma de trabajar de este establecimiento, según su dueño, se caracteriza por la búsqueda incesante de la calidad del producto. "Optamos por el producto de kilómetro cero, productos de la provincia". Esto implica una selección muy concienzuda que desde hace años lleva haciendo Francisco y su equipo. "Intentamos siempre tener los productos más cercanos, ya que son los que realmente le da la garantía al cliente de que están muy bien seleccionados".

Entrada Carnicería-Charcutería Carlos en calle Corredera. FOTO: MANU GARCÍA

Esta carnicería se tuvo que adaptar a lo que llaman el internet de las cosas, tal y como señala García Bermúdez. Actualmente este establecimiento, además de vender desde la propia tienda, vende por Whatsapp y Facebook. "Solemos tener una alta actividad en nuestras redes sociales porque sabemos que es lo que vende hoy en día". Desde promociones a través de mensajes de difusión de Whatsapp hasta recetas tradicionales compartidas en Facebook es lo que hace que esta carnicería-charcutería tenga una venta personalizada y selecta.

A pesar de la adaptación que mencionaba Francisco, este negocio es una microempresa y hay muchas cosas con las que no pueden competir. "No podemos competir con las grandes superficies que cuentan con grandes zonas de aparcamiento o que tienen las bandejas ya preparadas listas para llevar, pero sí podemos competir con la atención y confianza que le damos a nuestros clientes". Según este curtido carnicero, esta generación es una generación que ha nacido con el móvil en la mano, lo que hace que las grandes superficies jueguen con la baza de la inmediatez. "La mayoría de estos grandes supermercados cuentan con aplicaciones móviles que hacen que el cliente desde su casa, sin tener que trasladarse a ningún lado, pueda hacer la compra".

Como era de esperar, la actualidad se corta a cuchillo en este establecimiento del centro de Jerez. Según Francisco, el tema de la listeriosis ha hecho mermar la venta de carnes como la mechada o los chicharrones. "Desde el punto de vista de un carnicero te puedo decir que los medios de comunicación han hecho mucho daño a la industria con este tema, igual que lo hicieron en su día con el virus de las vacas locas. Esto, unido a la mala información de la sociedad, hizo que el consumo de la ternera bajara a unos niveles escalofriantes. Es todavía, que ya han pasado muchos años de este virus, que la gente siente recelo hacia la ternera". A pesar de todo esto, la carnicería-charcutería Carlos no ha recibido ninguna incidencia por parte de ningún cliente. "Nosotros trabajamos con marcas que están garantizadas como por ejemplo El Cerdito Andaluz, marca de la Sierra que no ha sufrido ninguna incidencia", aclara.

Francisco García Bermúdez, en su carnicería-charcutería. FOTO: MANU GARCÍA

La carnicería-charcutería Carlos cuenta con una licencia de carnicero-chacinero, lo que implica tener un sistema de autocontrol. Este sistema es vigilado por la Delegación de Salud y Familias del Distrito de Jerez y es el ente encargado de hacer revisiones mensuales una vez que el laboratorio realiza los análisis de los productos que se elaboran en el establecimiento. "Tenemos análisis de superficie, de las mesas, de los cuchillos, de las máquinas, etcétera. Además, tenemos un protocolo de temperatura, listado de proveedores con sus productos y el número de lote de los mismos por si hubiese alguna incidencia tener controlada su trazabilidad y así poder retirarlo", explica Francisco.

La especialidad de la casa es el cerdo ibérico de Huelva, la ternera de retinto 50% y el cerdo de Arcos. También cuenta con un producto novedoso que es el cerdo gallego de castañas, alimentado a base de castaña, y que a la clientela de Francisco "le encanta". En cuanto a carnicería, el establecimiento posee una selección de productos gourmet para los más selectos.

Con vistas ya puestas en los periodos navideños, donde la compra de carnes y chacinas se multiplica y asciende a cifras mayores que a las del resto del año, el dueño de este emblemático negocio del centro de Jerez nos cuenta que el establecimiento tiene la posibilidad de la realización de encargos. "Muchos clientes nos encargan los pavos rellenos, y nosotros le ofrecemos un relleno propio o rellenarlo con el que ellos traigan. Es una manera de satisfacer al cliente y hacer que al venga el año que viene. Además de esto, la charcutería y los quesos suelen ser productos que tenemos que reponer casi a diario porque se agotan muy rápido", comenta a lavozdelsur.es

Francisco es la cuarta generación de carniceros y charcuteros de su familia. Habiendo trabajado en El Corte Inglés, en la sección de al corte, relata que él prefería el contacto humano de un negocio de siempre. "La gente va a los supermercados con prisas, y allí apenas tratábamos con las personas", cuenta mientras saluda a un cliente usual del establecimiento que pasaba por las inmediaciones del local. Para Francisco, trabajar en una carnicería convierte a su profesión no solo en ser carnicero o charcutero, lo convierte en psicólogo, amigo y compañero. "Nosotros llamamos por el nombre a todos nuestros clientes, que es lo que hace que le dé vida al negocio. La familiaridad con el cliente y la amistad hace que la persona se quede más satisfecha y segura con su compra. Como yo digo siempre, conocer no es saber, y si tú vienes aquí te vas a llevar un producto a casa sabiendo lo que compras", concluye.

Sobre el autor:

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María del Carmen Millán Cáceres

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