Las cámaras de seguridad la acabaron delatando y el juzgado lo Social Nº1 de Ciudad Real ha declarado procedente el despido de una trabajadora de Mercadona que fue pillada con las manos en la masa, guardándose dinero de las compras de los clientes.
La empleada anulaba las compras en efectivo y se quedaba con el dinero. Un total de 95 anulaciones de compras en caja detectó la empresa en mayo de 2022. El responsable del departamento le comunicó al coordinador la incidencia, pidiéndole que verificara los productos anulados para saber si se habían devuelto o no a la tienda.
El coordinador pudo comprobar que faltaban los productos y procedieron a instalar cámaras enfocando a su caja. Y aquí es donde se acabó descubriendo el pastel. La trabajadora no entregaba el ticket de compra a los clientes que pagaban en efectivo. Una vez que estos se marchaban, la empleada anulaba la compra y se guardaba el dinero en el bolsillo.
Desde 2011 llevaba trabajando en Mercadona a tiempo parcial. Aunque impugnó el despido como improcedente tras recibir la carta de despido, demandando incluso a la empresa por considerar que se había vulnerado su derecho a la intimidad y protección de datos con el uso de las cámaras, el juez ha considerado que se puede fundamentar un despido si existe un cartel que anuncia la presencia de cámaras de videovigilancia.
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