Antonio Canales, acusado de 'inquiokupa', abandona una casa con olor "a estercolero y ratas"

El artista, siempre perseguido por la polémica, es una sombra en los escenarios y ahora vivía lejos del foco, aunque como inquiokupa en una vivienda en la localidad madrileña de El Álamo

Antonio Canales, acusado de 'inquiokupa', abandona una casa con olor "a estercolero y ratas".
Antonio Canales, acusado de 'inquiokupa', abandona una casa con olor "a estercolero y ratas".
05 de marzo de 2025 a las 18:42h

Acusado de inquiocupa, el bailaor sevillano Antonio Canales ha abandonado la casa en la que residía en El Alamo, un pueblo de Madrid, dejando a deber unos 6.600 euros y con un panorama desolador en la vivienda, según ha denunciado la caseta en televisiones españolas. El que considerase hace unos años el Festival de Jerez "un tremendo estercolero de animales apestosos", resulta que al parecer ha dejado la casa que tenía arrendada, sin pagar las mensualidades, hecha unos zorros. 

"Huele a estercolero, las ratas han entrado porque hay comida por el suelo", ha denunciado la casera en programas como En boca de todos, de Cuatro. "Está muy sucia, la cocina es lo que peor está, me puedo quedar pegada", afirmaba la reportera que acudía con Pilar, la arrendadora, a comprobar el estado impracticable en el que ha recuperado la propiedad.

Un mediador, Sinaí Giménez, el presidente de la Sociedad Gitana de España, ha conseguido que el bailaor accede a dejar el inmueble y ahora Pilar, con los apenas 500 euros de fianza, tendrá que afrontar una gran remodelación si quiere volver a poner en uso la vivienda en el pueblo madrileño. Han llegado a un acuerdo, no obstante, por el que no se interpondrán denuncias.

Drogas y juego

Las drogas y el juego han formado parte del día a día de muchos momentos de la vida de Canales, que llegó a ser Medalla de Oro de las Bellas Artes y uno de los grandes bailaores de la danza española. Todo lo derrochó. 

"Llevaba una vida terrible entre drogas, no quería bailar, empecé a ir a los casinos donde me tuve que denunciar para que no me dejaran pasar... y aún así derroché una fortuna, tenía a tres gestorías llevándome los asuntos. No lo perdí todo porque mi mujer y mi padre me fueron quitando cosas para luego poder recuperarlo", confesó hace unos años. 

El artista, siempre perseguido por la polémica, es una sombra en los escenarios y ahora vivía lejos del foco, aunque como inquiokupa en una vivienda en esta localidad madrileña. En el interior de la vivienda de El Álamo aún muestra Pilar una taza de café que dejó el bailaor: "Antonio, una persona muy especial". 

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F. Jiménez

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