La mujer, de 49 años, acusada de matar a su pareja en Paterna (Valencia) a base de laxantes se ha declarado inocente. Ha dicho en el juicio, que ha comenzado con jurado popular desde este lunes en la Audiencia de Valencia, que los compraba para ella, pero la realidad es que su marido falleció después de ingerir laxantes. Solo ha respondido a preguntas de su abogada y ha afirmado que estaban muy enamorados.
Durante el tiempo de hospitalización hasta su muerte, la acusada llegó a comprar más de mil comprimidos de Dulcolaxo, más de 500 unidades de Evacuol y otras 500 de Seguril.
La víctima, un viudo de 68 años, desarrolló una diarrea crónica funcional y refractaria a cualquier tratamiento y una deshidratación y deterioro progresivo hasta que falleció el 16 de abril de 2021 por un shock séptico severo causado por "las complicaciones secundarias al cuadro diarreico que presentaba provocado por la acusada por la administraciones continuada de laxantes".
"Yo no lo he hecho, los compraba para mí", ha declarado, y ha mantenido que él falleció de una infección en la aguja de la vía que le pusieron en el hospital para administrarle comida. Asimismo, ha afirmado que "tenía su autorización" para usar sus cuentas bancarias.
Entre octubre de 2020 y hasta la muerte del hombre, la procesada habría realizado hasta 152 extracciones de dinero de cuentas corrientes de la víctima y compras con tarjetas de crédito del hombre por valor superior a los 120.000 euros. También habría solicitado dos créditos a nombre del enfermo, que habría suscrito telefónicamente simulando la intervención del hombre.
La Fiscalía pide inicialmente un total de 28 años de prisión —23 años por el delito de asesinato y otros cinco años y tres meses por estafa y falsedad—, así como el pago de 30.000 euros a cada uno de sus dos hijos. Por su parte, las acusaciones particulares, que representan a los hijos del fallecido, elevan la petición de pena a 31 años, mientras que la defensa solicita la libre absolución.
El fiscal ha señalado que Salvador estaba "económicamente bien situado" y aunque "delicado" —tenía reconocida una incapacidad permanente, padecía de diabetes y había sufrido infartos cerebrales— llevaba "una vida apacible y con calidad óptima", al contrario que la acusada, 19 años menor y a la que "no le constaba trabajo remunerado ni ingreso propio".
En el hospital le hicieron todo tipo de pruebas para determinar la causa y paliar la diarrea, pero "no lo averiguaron porque no sabían que le estaban dando laxantes mortales: sin diarrea no hubiera habido un fallo multiorgánico y sin laxantes no hubiera habido diarrea". Ha asegurado que la acusada "tuvo suerte con su plan" porque "estos productos son muy difíciles de detectar porque rápidamente se eliminan".


