Un profesor de Málaga ha sometido a abusos sexuales de forma continua a una de sus alumnas, de 12 años, durante tres años en Málaga. Según Diario Sur, el docente estableció un "férreo control" de su vida en todos los aspectos desde que creó un grupo de WhatsApp para comunicarse con el alumnado,
El hombre aprovechó el permiso de los padres para tener sus contactos para entablar conversaciones privadas con la adolescente por la que llegó a presentar "celos enfermizos". Fue en 2014 cuando el procesado empezó a hablar con ella, primero sobre asuntos escolares, y después, con carácter sexual.
El escrito recogido por el diario malagueño describe que el hombre introdujo a la menor en el aprendizaje de "técnicas y prácticas sexuales que escapan del conocimiento que sobre dicha materia tenía la menor cuando contaba con 12 años de edad". Además, comenzó a retenerla para que no bajara a los recreos y se quedara con él en el aula para besarle.
Los tocamientos fueron frecuentes y los encuentros, cada vez más íntimos. Un día llegó a llevarla a un descampado y, presuntamente, abusó de ella, algo que hizo, según el fiscal, al menos en otras dos ocasiones.
La edad mínima para expresar consentimiento por parte de los menores subió a 15 en 2015 tras una reforma del Código Penal. Por eso, a partir de ese verano, el docente le prohibió hablar con otras personas e incluso le exigió que le enviara capturas de los chats de WhatsApp que tenía abiertos con el fin de controlarla en todo momento.
Otros de los episodios narrados hacen referencia a alojamientos en apartamentos y hoteles de la localidad donde, el profesor le indicaba a la menor "cómo debía vestirse, maquillarse y peinarse para aparentar tener más edad".
Poco a poco, el hombre fue controlando la vida de la chica hasta el punto de no poder ducharse sin su consentimiento. Por esta razón, la menor, que no podía ni sentarse con chicos en el autobús ni dormirse sin darle las buenas noches, optó por romper la relación con él. Una decisión que no le hizo gracia al profesor, que en empezó a llamarla de forma descontrolada.
En 15 meses los agentes de la Guardia Civil han contabilizado 2.937 llamadas, además de fotografías de contenido sexual de la menor y cuentas falsas para contactar con sus amigos.
La Fiscalía ha pedido una condena de 13 años y cuatro meses de cárcel para el docente y una orden de alejamiento de 500 metros con prohibición de comunicación por cualquier medio durante un periodo de 10 años, así como una indemnización de 50.000 euros por el daño moral.
Comentarios