La situación de Pablo González, el periodista español detenido en Polonia hace cinco meses mientras cubría la guerra de Ucrania, sigue sin resolverse. Más bien cada día es más complicada. El tribunal de apelación de Rzeszów ha rechazado esta semana la demanda que había presentado su abogado polaco contra la decisión de prolongar tres meses más su detención.
"Significa que seguirá bajo custodia", ha anunciado a la Agencia EFE. La apelación fue presentada después de que el 25 de mayo un tribunal regional del paós decidiera, previa petición del fiscal, prorrogar la detención de este periodista otros tres meses, aunque de momento, a falta de juicio, es una detención temporal que se produjo el 28 de febrero.
La policía polaca lo acusó en aquel momento de ser un espía ruso debido a que González posee la nacionalidad de este país al haber nacido en Moscú. Semanas antes también fue interrogado por las autoridades ucranianas. El periodistas se encontraba como freelance cubriendo los flujos migratorios provocados por el conflicto del este en la frontera entre Polonia y Ucrania.
Además, la comunicaicón de González con su familia es minima. De hecho, tuvo que reclamar un abogado de oficio en Polonia después de que se le denegara hacer uso del suyo, Gonzalo Boye. Según el Gobierno español, el periodista ha recibido la atención de consulado, pero Boye lo niega. Recientemente han presentado su situación en una Comisión del Parlaento Vasco. Su mujer denuncia que apenas le dejan contactar con él.
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