En el inmenso cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, la NASA ha puesto el ojo en un cuerpo celeste que podría redefinir el futuro económico y científico de la humanidad: el asteroide Psyche 16, una gigantesca roca espacial con una asombrosa concentración de metales preciosos, entre ellos, hierro, níquel, platino y oro.
Lo que más ha llamado la atención es su valor estimado: 700 quintillones de dólares, o 2 billones de libras en oro. Una cifra tan colosal que multiplica por cien millones el valor actual de toda la economía mundial. Con unos 225 kilómetros de diámetro, los expertos creen que se trata del núcleo expuesto de un planeta primitivo que perdió sus capas externas tras violentas colisiones durante la formación del sistema solar, hace 4.500 millones de años. Una verdadera cápsula del tiempo geológica flotando en el espacio.
Los científicos de la NASA, apoyados por observaciones con el Telescopio James Webb, han detectado signos de oxidación y hasta presencia de agua en su superficie. Esto refuerza la teoría de que Psyche no es solo una mina flotante, sino también un laboratorio natural para estudiar procesos geológicos aún desconocidos.
La misión Psyche
La misión Psyche, lanzada en octubre de 2023, ya viaja rumbo al asteroide. Está previsto que llegue en 2029 y lo orbite durante dos años, en busca de respuestas clave sobre el origen de los planetas rocosos como la Tierra. A partir de entonces, podríamos conocer de forma precisa su estructura, composición y verdadero potencial minero.
Aunque el hallazgo ha disparado las especulaciones económicas, los expertos advierten que la minería espacial a gran escala aún es una posibilidad lejana, tanto en términos tecnológicos como éticos. Si en algún momento se lograra traer a la Tierra semejante cantidad de metales, el mercado global podría colapsar: el valor del oro y otros recursos se desplomaría drásticamente.
Sí es cierto que la presencia de metales puede ser útil para la humanidad. Pero dicho de otro modo, si tenemos mucho oro cada ser humano, su valor equivaldría prácticamente a cero. Sería como tener oxígeno en el aire, un bien que, al no ser escaso, al ser fácil acceder a él, no valdría para nada. Más bien, lo que podría causar es una crisis, porque quien tiene hoy oro, con mucho valor, lo perdería de un momento a otro.
El debate está abierto. ¿Estamos ante el futuro de la minería espacial o ante un sueño demasiado ambicioso? Lo que está claro es que Psyche 16 representa uno de los descubrimientos más fascinantes de las últimas décadas.
Puedes consultar la fuente oficial de la NASA sobre este asunto aquí.


