Serrano queda retratado... por sí mismo: se agarra al acta y mantendrá el aforamiento que tanto criticó

Vox le recuerda que firmó un documento por el que debía dimitir si abandonaba la formación. Son ya dos salidas del grupo parlamentario que pasan a no adscritos

El juez Serrano, en el Parlamento andaluz. FOTO: Vox
El juez Serrano, en el Parlamento andaluz. FOTO: Vox

Francisco Serrano fue el cabeza de cartel de Vox en Andalucía en las últimas autonómicas, fecha en la que la ultraderecha consiguió entrar por primera vez en el Parlamento. Venía de ser un juez estrella conocido principalmente por dictar una sentencia que, según el TSJA, partía de una prevaricación. Le costó una inhabilitación. La cuestión fue que permitió a un padre divorciado ampliar las horas en las que estaba al cargo de su hijo para ir a ver una procesión en Sevilla. No se ajustaba a derecho. El Constitucional no le dio la razón, y el juez Serrano pasó a ser el activista Serrano. Militó en Vox, dio conferencias e hizo de su prevaricación su razón de ser público.

Ahora, Serrano será juzgado por el TSJA si avanza la querella de la Fiscalía por una subvención de 2,5 millones de euros que no habría justificado ni devuelto. El mismo TSJA que le condenó, el mismo Tribunal Superior de Justicia de Andalucía al que se aferran quienes, en su condición de aforados, pueden evitar ser procesados por juzgados de menor rango territorial... Y el mismo tribunal del que Serrano receló. En 2015, ya en camino de ser el candidato que fue después, aseguró en Twitter  que "lo peor que le puede pasar a un político corrupto no es que le pillen sino perder su aforamiento y ser juzgado por jueces independientes".

La razón del aforamiento es una: que los políticos, en su condición de servidores públicos, no se vean coartados por aluviones de denuncias sin fundamento que condicionen su labor. No implica en realidad que no se le juzgue, sino que pone filtros para que la causa esté bien fundamentada. Serrano no lo veía así, sino que se refería a una idea de que los políticos fueran juzgados por una judicatura electa, de corrillos y élite política. Además, en el trasfondo del proceso que se puede abrir, el de las subvenciones, va también contra las millares de declaraex ciones del juez en las que criticaba las paguitasmamandurrias  similares en las que incurrían muchas empresas provocando falta de competitividad, como si estas ayudas no fueran parecidas a las que reciben empresas estratégicas no solo en otras partes del país sino incluso en otros países europeos. Serrano, al parecer, pidió ayuda para una fábrica que no salió adelante y la administración nunca recibió de vuelta esos 2,5 millones de euros.

Ahora, una vez que Serrano se ha dado de baja y no ha entregado el acta, el portavoz parlamentario de Vox en Andalucía, Alejandro Hernández, ha dicho que debería dejar el acta de diputado pues, según ha recordado, "todos los cargos electos de Vox, cuando tomamos posesión, firmamos un documento con el partido en el que nos comprometemos a devolver el acta si abandonamos la formación por la razón que sea".

Hernández sustituyó tras las elecciones a un Serrano incómodo, como poco, en su labor parlamentaria. Meses atrás, pidió la baja durante unas semanas al decir que le había afectado anímicamente el linchamiento posterior al fallo de a Manada, cuando lo criticó por no apreciar violación en aquella agresión  sexual grupal en los sanfermines. Vox no le dio confianza más allá de su nombre, conocido en Sevilla por razones cofrades, pero incapaz de sacar adelante la gestión del partido. Un partido, por cierto, en el que por razones de trato diario (hablaba de misoginia, acoso laboral) ya perdió a comienzos de 2020 a una parlamentaria por Almería que se pasó a independiente dentro del Parlamento. Vox, así, se queda con 10 representantes de los 12 cosechados en 2018.

Vox trata de salir lo menos peor parado posible. La capacidad mediática de Serrano juega en su contra. El que fuera más conocido de sus candidatos es ahora el que más rana les ha salido. Lo intenta Hernández: "Al final es una cuestión de orden personal y no podemos perder de vista que cuando alguien abandona el partido no existe la capacidad de disciplinar". A la vez, puestos a embrollar, dice este viernes que "la presunción de inocencia alcanza a todos los ciudadanos" pero ha matizado que"lo que Vox sostiene es que el que la haga la pague, y si es uno de los nuestros lo decimos con más preocupación y firmeza", ha dicho en Canal Sur y ha recogido posteriormente Europa Press.

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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