Efectivos de la Policía Local de Málaga han vuelto a desalojar y cerrar, por tercera vez, un local en La Palmilla el que se concentraban un total de 45 jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y los 28 años, la mayoría menores de edad, sin llevar mascarilla ni respetar la distancia social de seguridad, además de estar consumiendo bebidas alcohólicas y compartiendo cachimbas en grupo.
Es la tercera ocasión en la que agentes de la Policía Local de Málaga actúan en el local. La primera tuvo lugar el pasado 25 de octubre de 2020, en una intervención en la que se desalojó y denunció a un total de 36 personas que fueron sorprendidas celebrando un cumpleaños compartiendo cachimbas sin mascarilla y sin distancia, y la segunda el domingo 24 de enero, cuando policías locales volvieron a sorprender a cinco menores de entre 13 y 15 años en similares circunstancias.
En la última actuación, el pasado viernes 5 marzo, policías locales que patrullaban por la zona de La Palmilla observaron a tres jóvenes, que resultaron ser menores de edad, que salían del bloque en el que se encuentra el local, por lo que se bajaron del vehículo y accedieron a pie hasta el lugar para comprobar si pudiese haber otra fiesta o reunión de personas que excediese del número máximo permitido por las medidas frente al Covid-19.
Mientras identificaban a los menores para proponerlos para sanción, ya que no llevaban puesta la mascarilla obligatoria ni guardaban la distancia, los policías locales advirtieron que del interior del local trascendía mucho ruido de personas y música a gran volumen, así como gran cantidad de humo, encontrándose totalmente cerrado y falto de ventilación, pudiendo comprobar con posterioridad que se estaban consumiendo cachimbas por varios grupos de jóvenes, la mayoría de ellos menores, que además tampoco llevaban mascarilla ni guardaban la distancia social.
Hasta el lugar se desplazaron en apoyo varias unidades del mismo cuerpo, entre ellas dos dotaciones del Grupo Operativo de Apoyo (GOA), una de ellas del Subgrupo Unidad Canina, procediéndose al desalojo del local e identificando a los 45 jóvenes, gran parte menores, que había en el interior, siendo denunciados por incumplimiento de las medidas sanitarias frente al COVID-19.
En la inspección al local llevada a cabo por los policías locales, observaron cachimbas encendidas, mesas con bebidas en las que se jugaba a las cartas o al parchís, máquinas recreativas, así como un futbolín en el que sorprendieron jugando a cuatro jóvenes, han precisado en un comunicado.
Igualmente, había una vitrina con numerosas cachimbas, además de una cazoleta que estaba siendo preparada con melaza de tabaco y un recipiente de 200 gramos de dicha sustancia mezclada con nicotina. En la parte trasera de la vitrina había colgadas numerosas mangueras para las cachimbas, así como dos cubos con agua, siendo uno de ellos utilizado para apagar los carbones y en el otro se encontraban todas las cazoletas de las cachimbas de forma conjunta, pudiendo apreciarse que las condiciones de higiene y salubridad no eran las más idóneas ya que, entre otros aspectos, se enjuagaban con la misma agua a pesar de haber sido utilizadas por diferentes grupos de personas.
Tras desalojar el local, los policías locales identificaron al propietario y responsable, un hombre de 44 años, comprobando nuevamente que carecía de cualquier tipo de documentación que lo habilitara para explotar el local como freiduría, tal y como indica un cartel que tiene junto a la puerta exterior que da a la calle, ni para la actividad de venta de cachimbas y bebidas.
Los agentes procedieron a sancionarlo por infringir el Decreto-ley 21/2020, de 4 de agosto, por el que se establece el régimen sancionador por el incumplimiento de las medidas de prevención y contención aplicables en Andalucía ante el Covid-19, por no llevar mascarilla y por la apertura de locales, celebración de actos o realización de actividades que hayan sido expresamente prohibidas o suspendidas por la normativa aplicable o acto de la autoridad competente, o que no hayan sido autorizadas por ésta en los casos en los que sea exigible, cuando, directa o indirectamente, supongan un daño o riesgo para la salud de la población, siendo esta una infracción grave, así como por la venta de cachimbas para su consumo en mesas de manera compartida.
A ella se sumaron el acta de denuncia de establecimiento por carecer de licencia de apertura, declaración responsable, de hoja de reclamaciones, de seguro de responsabilidad civil obligatorio y de documento identificativo de la Junta de Andalucía; así como la denuncia por infringir la normativa de prevención contra el tabaquismo, permitiendo el consumo dentro del establecimiento tanto de tabaco como de bebidas alcohólicas a menores de 18 años.
Por último, los agentes le informaron de forma clara de que, sin perjuicio de las sanciones principales o accesorias que en cada caso procedan, por parte del órgano competente podrá adoptarse como medida provisional la suspensión temporal de las licencias o la clausura preventiva de los establecimientos donde se hayan cometido los ilícitos administrativos objeto de la presente ley cuando el procedimiento sancionador hubiere sido iniciado por la comisión de infracciones graves o muy graves, a fin de evitar su reiteración o en casos de grave repercusión social.
En primera instancia, por esos mismos motivos, los policías locales precintaron el establecimiento, informando al denunciado de que la retirada de ese precinto podría conllevar consecuencias penales por un presunto delito de desobediencia grave a los agentes de la autoridad en el ejercicio de sus funciones, siendo informado de que dicho precinto sería confirmado o levantado en un plazo máximo de 72 horas.
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