Un grupo de investigadores taiwaneses ha desarrollado un fármaco experimental capaz de eliminar la grasa rebelde con una sola inyección, sin necesidad de cirugía. El tratamiento, basado en la molécula CBL-514, se prepara para iniciar ensayos clínicos en humanos tras mostrar resultados prometedores en estudios previos.
Más allá de la estética, los científicos señalan que este medicamento podría servir también para tratar lipomas, tumores provocados por acumulación de grasa, así como enfermedades asociadas al dolor crónico, el ictus o problemas cardiovasculares. Su desarrollo corresponde a la farmacéutica Caliway Pharmaceuticals, que asegura que el compuesto supone un cambio de paradigma en el abordaje médico de la grasa localizada.
La molécula que ordena a las células autodestruirse
La clave del tratamiento reside en un mecanismo innovador. En lugar de “matar de hambre” a las células grasas, como ocurre con otros fármacos, el CBL-514 provoca directamente su muerte mediante un proceso llamado apoptosis adipocitaria. Según la compañía, “administrado mediante inyección subcutánea, CBL-514 ha demostrado un perfil de seguridad y tolerabilidad favorable, permitiendo una reducción significativa de grasa localizada sin cirugía y ofreciendo resultados comparables a la liposucción”.
Los estudios preclínicos apuntan a que el compuesto activa mediadores moleculares como la caspasa 3 y la proporción Bax/Bcl-2, desencadenando la destrucción de los adipocitos tanto en pruebas in vitro como en organismos vivos. En términos simples, la molécula transmite a las células grasas la orden de iniciar su propia muerte, reduciendo de forma permanente depósitos localizados en zonas como abdomen o muslos, sin afectar al sistema nervioso ni a funciones cardiovasculares o respiratorias.
Resultados clínicos con altas tasas de eficacia
En ensayos clínicos de Fase 2b, los investigadores observaron que cuatro semanas después de la aplicación, el 75% de los pacientes redujo al menos un grado en la Escala de Clasificación de Grasa Abdominal (AFRS). El 69,6% perdió un mínimo de 150 mililitros de grasa subcutánea frente al 0% del grupo placebo, y un 60,9% alcanzó reducciones superiores a 200 mililitros.
Lo más destacado, según los investigadores, es que el 42,9% de quienes lograron este resultado lo hicieron con una sola inyección, un dato que alimenta las expectativas sobre un posible tratamiento sencillo, mínimamente invasivo y con aplicaciones médicas y estéticas de gran alcance.


