Los pediatras alertan del uso de pantallas en menores: recomiendan reducirlas "a cero"

Los pediatras han destacado que el uso excesivo de pantallas durante la infancia y la adolescencia tiene consecuencias "multifactoriales", afectando a diversas áreas del desarrollo y la salud

Una joven maneja un teléfono móvil, en una imagen de archivo.
Una joven maneja un teléfono móvil, en una imagen de archivo. JUAN CARLOS TORO
10 de diciembre de 2024 a las 07:17h

La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha revisado y actualizado sus pautas sobre el uso de pantallas en la infancia y la adolescencia, basándose en los últimos avances de la evidencia científica. Entre las principales modificaciones, destaca la recomendación de una restricción total del uso de dispositivos digitales hasta los seis años.

A través de un comunicado, la AEP anunció que, tras evaluar los documentos que había publicado en años anteriores, ha considerado necesario actualizar sus directrices. Los detalles de estas nuevas recomendaciones serán divulgados próximamente en un artículo en la revista Anales de Pediatría y a través del portal web del Plan Digital Familiar.

María Salmerón, coordinadora del grupo de trabajo de Salud Digital de la AEP, subrayó que "en la actualidad, ya nadie duda de que los medios digitales impactan la salud en múltiples dimensiones y a cualquier edad". Salmerón recordó, además, el informe emitido en 2016 por la Academia Americana de Pediatría, que ya alertaba sobre los efectos del uso de pantallas en los más jóvenes.

Impactos multidimensionales en la infancia

Los pediatras han destacado que el uso excesivo de pantallas durante la infancia y la adolescencia tiene consecuencias "multifactoriales", afectando a diversas áreas del desarrollo y la salud. Entre los principales efectos negativos, mencionan alteraciones en el sueño, la alimentación, la actividad física, el riesgo cardiovascular, la fatiga visual y la reducción del volumen cerebral. Todo ello conlleva una disminución generalizada de la calidad de vida de los menores.

Los nuevos estudios revisados por la AEP también han confirmado una estrecha relación entre el tiempo que los padres pasan frente a las pantallas y el comportamiento de sus hijos, especialmente en momentos como las comidas o en el dormitorio. La investigación apunta que el uso de dispositivos digitales por parte de los progenitores está vinculado a un aumento de las rabietas en los niños, quienes buscan la atención de sus padres de manera más intensiva.

Además, los últimos hallazgos han puesto de manifiesto efectos negativos en el neurodesarrollo de los menores según su edad. En el caso de los niños de entre uno y cuatro años, el uso de dispositivos como un teléfono móvil para premiar o distraer a los menores fomenta una dependencia del dispositivo, lo que dificulta su capacidad para desarrollar habilidades de autorregulación emocional. Este comportamiento aumenta la frustración de los niños cuando no se les concede el acceso a las pantallas, lo que a su vez retrasa el aprendizaje de estrategias de autogestión emocional.

En la adolescencia, los medios digitales alteran la actividad cerebral, incrementando la activación de la región límbica, relacionada con las emociones, mientras que reducen la actividad en la corteza prefrontal, asociada con la toma de decisiones y el control de los impulsos. Además, la multitarea digital ha sido vinculada con un menor rendimiento cognitivo, con consecuencias negativas en la capacidad de filtrar distracciones y en la memoria de trabajo, así como en un aumento de la impulsividad.

Restricciones y recomendaciones específicas sobrel uso de pantallas

Las nuevas directrices de la AEP sugieren una restricción del uso de pantallas antes de los seis años, indicando que no existe un "tiempo seguro" de exposición a los dispositivos digitales en este grupo de edad. Sin embargo, se contempla como excepción el uso de pantallas bajo la supervisión de un adulto para fines específicos, como mantener contacto social, por ejemplo, cuando una persona al otro lado de la pantalla lee un cuento al niño.

Para los niños de entre siete y 12 años, la AEP recomienda limitar el tiempo de uso de dispositivos a menos de una hora diaria, restringir el acceso a Internet en dichos dispositivos, y establecer acuerdos con los menores sobre los límites de tiempo y los contenidos a los que pueden acceder. Además, los pediatras subrayan la importancia de que los menores dediquen su tiempo libre a actividades deportivas o a fomentar las relaciones cara a cara con otros niños.

En el caso de los adolescentes de entre 13 y 16 años, los pediatras aconsejan reducir el tiempo de exposición a dispositivos digitales a menos de dos horas diarias. Además, sugieren que los padres instalen herramientas de control parental y, lo más importante, que se retrase la edad de adquisición del primer teléfono móvil con acceso a Internet.

El papel de las familias y la necesidad de acción institucional

Salmerón también destacó que "la función de la familia es esencial en la protección contra los efectos negativos de las pantallas en los niños". Sin embargo, advirtió que "sería irresponsable que toda la responsabilidad recaiga exclusivamente sobre las familias", debido a dos razones fundamentales: el tiempo que los menores pasan fuera del hogar, especialmente en el ámbito educativo, y las dificultades que algunas familias pueden tener para implementar estas medidas de control debido a circunstancias económicas o sociales.

Por esta razón, la AEP ha instado a las administraciones públicas a adoptar políticas para contrarrestar el uso excesivo de pantallas en los más jóvenes. En este sentido, la asociación considera que el uso incontrolado de dispositivos digitales debe ser declarado un "problema de salud pública". De no ser así, alertan, los menores de colectivos vulnerables podrían ser los más perjudicados, enfrentándose a consecuencias aún más graves para su salud y desarrollo.

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F. Jiménez

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