Esta semana, Eduardo D.P. tuvo que coger su coche y recorrer más de 80 kilómetros para hacerse un test de antígenos. Era eso o perder las prácticas del máster de profesorado que está cursando. Inexplicablemente, ha sido de los pocos alumnos a los que han obligado a desplazarse desde la localidad de Sevilla donde reside hasta Huelva para someterse a la prueba. Este estudiante del máster de profesorado en la Universidad de Huelva se queja de la “discriminación” a la que ha sido sometido.
El máster en profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato cuenta con unos 200 alumnos, que tras superar la fase teórica del curso, se disponen a empezar las prácticas en distintos centros escolares de la comunidad. “He tenido que ir a Huelva a hacerme un test de antígenos cuando a los compañeros les permiten hacérselo en los centros de salud de sus ciudades”, expresa Eduardo en declaraciones a lavozdelsur.es. "Voy a pedir explicaciones por escrito y lo denunciaré para reclamar, al menos, el dinero de la gasolina", agrega.
Eduardo, que lleva todo el curso realizando la formación de forma online por la pandemia, se queja de que haber sido obligado a acudir hasta la capital onubense para someterse a un test de antígenos, requisito indispensable antes de empezar las prácticas en centros educativos, previstas para la semana que viene. En su caso, las hará en un municipio cercano al que reside, en la provincia de Sevilla. "El coordinador covid de mi centro de salud fue el que me dijo que no me hacía el test, que fuera a Huelva. Cuando llegué allí no se lo creían", relata.
"Es un ejemplo de la absurda descoordinación que hay entre Educación y Salud", se queja Eduardo. La Consejería de Salud exige un test negativo a los docentes antes de empezar las prácticas en centros educativos. Este alumno critica la "arbirtrariedad" que ha sufrido, ya que la mayoría de compañeros del máster se han podido someter a la prueba en sus respectivos centros de salud. "Me han hecho saltarme las restricciones de movilidad, cambiando de provincia, para hacerme un test que podría haberme hecho en mi localidad", dice.
"Me han puesto en riesgo", expresa Eduardo, quien se ha tenido que desplazar más de 80 kilómetros para hacerse un test de antígenos. El alumnos pondrá el caso en manos de su abogado para reclamar el gasto de la gasolina. "Quiero una explicación por escrito", insiste. "No denuncio que mis compañeros hayan conseguido hacerse la prueba en su centro de salud, sino la arbitrariedad que he sufrido", asegura. "Solo a dos personas, que yo conozca, no les han hecho la prueba en sus centros de salud. A un alumno que tiene un seguro médico y lo han mandado allí, y a mí", señala Eduardo.
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