El Sindicato Médico Andaluz (SMA) y la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) han convocado una huelga de facultativos para el próximo 13 de junio, al considerar que la propuesta del Ministerio de Sanidad supone un nuevo paso atrás en las condiciones laborales del colectivo. La decisión, que califican de inevitable, se produce tras años de lo que consideran un menosprecio estructural hacia la profesión médica.
Ambas organizaciones han expresado su rechazo al borrador del nuevo Estatuto Marco presentado por el Ministerio, al entender que no resuelve los problemas de precariedad que arrastra el sector sanitario. Por el contrario, argumentan que, en determinados aspectos, la situación laboral de los facultativos podría verse incluso agravada.
Uno de los principales motivos de disconformidad se centra en la exigencia de exclusividad durante los primeros cinco años de contrato para los especialistas, así como para quienes asuman cargos de responsabilidad. Asimismo, cuestionan el nuevo sistema de clasificación profesional, al que acusan de menospreciar la formación y la responsabilidad propias del ejercicio médico.
Los sindicatos también han criticado que el documento omite cuestiones clave como la regulación de la jubilación o el cómputo de las horas de guardia. En particular, rechazan la propuesta sobre jornada laboral, al considerar que prioriza las necesidades asistenciales por encima de la salud del personal médico y sus derechos laborales.
El texto
De acuerdo con el análisis de ambas organizaciones, el texto mantiene un máximo semanal de 45 horas en cómputo cuatrimestral, pero combinado con la obligatoriedad de realizar guardias, puede suponer jornadas efectivas que se acerquen a las 60 o incluso 70 horas semanales. Además, denuncian que las horas extra continúan retribuyéndose por debajo de la hora ordinaria.
El Comité de Huelga ha reivindicado, entre otras medidas, la creación de un Estatuto Propio, una jornada máxima de 35 horas semanales, una clasificación profesional ajustada a la cualificación del colectivo, un modelo de compatibilidad que no implique pérdida retributiva, y una jubilación regulada de forma voluntaria y flexible entre los 60 y los 70 años.


