Cuando un trabajador sufre una enfermedad o lesión que lo incapacita de forma permanente para desempeñar su profesión, la Seguridad Social le reconoce el derecho a recibir una pensión contributiva. Este derecho también puede solicitarse si, tras recibir el alta médica, la dolencia persiste sin mejoría a pesar del tratamiento recibido.
En este contexto, existen diversas patologías que dificultan la actividad laboral y que son susceptibles de dar acceso a una pensión por incapacidad permanente en 2025. Aunque no hay un listado oficial publicado por la Seguridad Social, sí se reconocen enfermedades que habitualmente dan lugar a este tipo de prestación.
Cómo se tramita la pensión de incapacidad permanente
El procedimiento para solicitar la incapacidad permanente puede iniciarse por tres vías. Por un lado, de oficio, a instancia de la Inspección de Trabajo, el Servicio Público de Salud o la propia entidad gestora, cuando el trabajador procede de una baja por incapacidad temporal.
Por otra parte, puede comenzarse a través de entidades colaboradoras o incluso a petición del propio interesado, que deberá presentar la solicitud rellenando el formulario correspondiente y adjuntando la documentación requerida a través de la sede electrónica de la Seguridad Social.
Una vez presentada la petición, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) inicia la fase de instrucción, en la que puede solicitar informes médicos y pruebas adicionales. Posteriormente, el Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI) emite un dictamen sobre el grado de incapacidad que corresponde en cada caso.
Grados de incapacidad reconocidos
La incapacidad puede clasificarse en varios niveles según la limitación del trabajador:
- Parcial para la profesión habitual, cuando existe una reducción del rendimiento inferior al 33%.
- Total, que impide continuar en el mismo oficio, aunque permite dedicarse a otro.
- Absoluta, que inhabilita para cualquier tipo de trabajo.
- Gran invalidez, cuando además se requiere la ayuda de otra persona para las tareas básicas diarias.
Enfermedades que pueden dar derecho a pensión en 2025
Entre las patologías que suelen estar asociadas al reconocimiento de una incapacidad permanente se encuentran:
Agorafobia, albinismo, alcoholismo, Alzheimer, aniridia, apnea del sueño, artritis reumatoide, artrosis cervical, ataxia, cáncer, cardiopatía isquémica, condromalacia rotuliana, hernia discal, ictus, lesión medular, lumbalgia crónica, lupus, maculopatía, migraña, miopía magna, narcolepsia, neuropatía cubital, Parkinson, postpolio, radiculopatía lumbar, retinopatía diabética, retinosis pigmentaria, rizartrosis, síndrome de Goldmann-Favré, síndrome de Marfan, síndrome de Ménière, síndrome de Raynaud, síndrome de Sjögren, síndrome de Südeck, síndrome de Tourette, síndrome del túnel carpiano, síndrome subacromial, siringomielia y Arnold Chiari, Stargardt, trastorno adaptativo mixto, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad, entre otras.
Aunque cada caso se estudia de manera individual, el reconocimiento de la pensión dependerá siempre del impacto de la enfermedad en la capacidad laboral del solicitante.
La incapacidad permanente se ha convertido en una herramienta clave para proteger a quienes ven limitada su vida laboral por razones de salud. Conocer el procedimiento y las patologías que suelen dar acceso a esta ayuda resulta fundamental para miles de trabajadores en España.


