Alfredo Carrasco, de Alfredo Café Copas, y Dani Celis, de todo un buque insignia de la noche jerezana como es Bereber, son dos de los empresarios que han puesto en marcha la iniciativa de la Asociación Hosteleros de Jerez, que por ahora reúne a trece propietarios de establecimientos en la ciudad para hacer un frente común en sus reivindicaciones. La nota diferencial es que no cuentan con el sector del turismo. Calculan que unos 7.000 empleos directos dependen de su actividad, con más de un millar de bares, pubs, discotecas y restaurantes, "a una media de seis personas trabajando por negocio", dice Carrasco, presidente del colectivo.
Los horarios a día de hoy siguen recortados. El toque de queda comienza a las once de la noche, y la última iniciativa de la Junta pasa por que sea responsabilidad del cliente llegar a casa antes de la hora, sin obligar ya a los locales a cerrar a las 22.30 horas. Un cambio que va en paralelo a la apertura de la movilidad entre provincias. Pero advierten desde la asociación que gran parte de los establecimientos viven en Jerez del público jerezano. El turismo es un impulso y para algunos negocios es esencial que lleguen los turistas. "Pero son muchos negocios también en los barrios. El turista está principalmente en el centro. Los recibimos a todos con los brazos abiertos, pero la apertura de la movilidad no es la solución para la mayoría".
"Hemos sido los primeros en cumplir, pero si te obligan a cerrar, tienen que compensártelo con ayudas reales"
La realidad es que las discotecas de Jerez se van adaptando a estos tiempos con aperturas mucho antes. Sacan mejor partido las que tienen terrazas, aunque en interior también puede haber actividad según la normativa actual. Mucha gente prefiere terraza. "Es curioso cómo el que está dentro se sorprende después de un rato al salir y ver la luz del día, y el que entra dentro un momento se sorprende al ver el ambiente oscuro". Son los cambios del biorritmo, acostumbrarse a tomar cubatas o cervezas desde las cinco de la tarde. "Esto lo podemos aguantar ahora, pero en dos o tres semanas hará mucho calor fuera y por la tarde en Jerez no saldrá nadie".
Es por ello que una de las grandes reivindicaciones de la asociación es eliminar el toque de queda. La tesis es la siguiente y la expone Carrasco. "Si en las autopistas solo se puede circular a 120, ¿alguien prohíbe que se vendan coches que pueden ir a 300? El que vaya a 180, que lo multen. Nadie cierra las autopistas porque un kamikaze se haya puesto en sentido contrario. Pues para nosotros es igual. Lo fácil es cerrarnos a nosotros. En las carreteras no baja la velocidad máxima de 120 a 100 por la noche, y eso que hay menos visibilidad. Si yo cumplo las medidas a las ocho de la tarde, ¿por qué no vamos a poder cumplir las medidas a las cuatro de la mañana? Todo el mundo sentado, cuatro por mesa, las mascarillas puestas si te levantas, teniendo cuidado", señala Carrasco.
De hecho, esgrimen un argumento clave: "Nosotros vemos cómo la gente si se tiene que marchar a cierta hora al final acaba reuniéndose en las casas. Y eso sí es un problema porque ahí no hay personal de seguridad que les controle". "Con cachimbas, un montón de gente en un salón", añade Celis. Por eso, recelan de que se les haga pagar por la situación.
Ejerciendo de abogado del diablo, se le pregunta si no es cierto que la noche propicia el descontrol. "Insisto, si hacemos cumplir las medidas a las ocho de la tarde, podemos hacerlo a los cuatro de la mañana, ¿por qué no? Y si me dices que refuerce la seguridad, nosotros lo hacemos, pero no me impidas trabajar". Porque "el hostelero tiene que tener una enorme inversión. Hablamos de autónomos que quitan el dinero de su casa para gastarlo, y cada día cerrado es muchísimo dinero. Otros autónomos tienen una cjaa de herramientas. Nosotros tenemos productos perecederos, es un gasto de electricidad enorme... Y más cuesta cerrado. Tres días sin clientes son muchísimo dinero. Siempre he dicho que lo peor que puede pasarle a mi peor enemigo es que abra un bar y le funcione. Porque si es funcionando y es así...".
En ese sentido, subrayan que "esto pasa por vacunación, falta mucha. Si queremos un verano por lo menos para saldar deudas, necesitamos vacunación. Si no hay confianza para salir, la gente no sale". Eso sí, indica Carrasco que "yo me he visto obligado a cerrar a las seis de la tarde", dice por restricciones en los pasados meses, "y me he visto bancos del parque llenos delante de mi negocio, con catorce o quince personas".
"Tenemos cuatro por mesa y estamos pendientes de que no las unan, pero se cumple siempre"
Otro de los temores es el de las imágenes furtivas. Rechazan que se produzcan incumplimientos generalizados y tienen cierto temor a las redes sociales. Cuando llegó el cierre del ocio nocturno a finales del pasado verano, Celis considera que influyeron muchas imágenes virales que llegaban desde establecimientos en la Costa del Sol, con incumplimientos claros. "Nosotros aquí te puedo decir que tenemos cuatro personas por mesa y hay que estar pidiéndoles que las unan, pero se está cumpliendo", dicen desde Bereber. "Es un poco absurdo que vengan cinco montados en el mismo coche y luego aquí se les diga que tienen que sentarse en dos mesas diferentes, pero bueno".
Y ya el hostelero, indican, no tiene temor a pedir a los clientes que cumplan. Por ejemplo, en Bereber indican que no dejan fumar en el patio. "Porque no queremos ver a cuatro personas por mesas para que luego fumando se formen corrillos de diez. Si lo vas a hacer, no lo hagas aquí, porque aquí vamos a cumplir". En todo caso, es claro: "Yo soy el primero que veo que si los hospitales están llenos no hay que estar de fiesta como si nada pasara". De hecho, recuerda que fue "la primera discoteca que cerramos en marzo, suspendimos una fiesta que teníamos prevista para ese viernes. Los camareros me pedían venir con mascarilla y guantes para ese día, y la gente nos llamaba con miedo para que devolviéramos el dinero de la entrada". Eso sí, como otros muchos, "pensaba que esto sería para dos semanas". Desde entonces, Bereber ha estado más tiempo cerrado que abierto. "En verano estuvimos unas cuantas semanas. Luego cerramos y hasta este mes de marzo no hemos vuelto por las tardes".
"En Alemania sí que han sido ayudas. Te pagan el 75% de lo que habías generado el año anterior"
En definitiva, tienen dos ideas también muy claras. Por un lado, esperan que "el resto de comunidades autónomas se dé cuenta de que la hostelería no es el problema, como han visto en Madrid. Han dejado abierto y no han subido los contagios, ¿ahora qué? Se la ha jugado a una carta y le ha salido bien", dice Celis sobre las políticas de Díaz Ayuso. Por otro, que junto a esas vacunaciones necesarias que piden para toda la ciudadanía, lleguen ayudas. "Un ERTE no es una ayuda, porque a mí la administración me obliga a cerrar. Una ayuda es lo que han hecho en Alemania, que en base a lo que ganaron los restaurantes el año pasado, les han dado el 75%. Eso sí es una ayuda mientras tienes que estar cerrados, hacen falta ayudas reales".
Y remachan: "Nosotros no hemos dejado de cumplir ni nos hemos quejado cuando nos han puesto medidas o nos han obligado a cerrar. Pero un hostelero tiene gastos que no tienen otros autónomos. Necesitamos esas ayudas por lo menos para no seguir perdiendo".
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