Dos hermanas buscan a su padre fallecido durante 36 días mientras estaba en una cámara frigorífica del hospital

El Servicio Andaluz de Salud deberá indemnizar con 60.000 euros a las dos hijas de un paciente que falleció en el centro hospitalario, donde permaneció mientras su familia lo buscaba

El Hospital de La Línea, en una imagen de archivo.
El Hospital de La Línea, en una imagen de archivo.

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) deberá indemnizar con 60.000 euros a las dos hijas de un paciente que falleció en el hospital de La Línea de la Concepción, donde permaneció durante 36 días en una cámara mientras la familia lo buscaba desesperadamente. 

El Consejo Consultivo de Andalucía (CCA) ha emitido un informe favorable a las pretensiones de dos hermanas que denunciaron el daño moral ocasionado por el hospital, al que fue dirigido su padre de urgencia. Los hechos se remontan al mes de octubre de 2019 cuando los servicios de urgencias trasladaron hasta el hospital a un hombre sin antecedentes graves pero que ingresó en la UCI y falleció.

El hospital condujo el cuerpo a una cámara frigorífica de sus instalaciones pero no activó los mecanismos necesarios para seguir el cauce normal de información, por lo que cuando las hijas llegaron al centro hospitalario a preguntar por su padre, alertadas de que había sufrido un problema de salud, les dijeron que el hombre había estado allí pero había recibido el alta médica. 

El CCA entiende que ahí comenzó el "daño moral" de la familia, que rastreó el resto de los hospitales de Cádiz y llamó a los de otras provincias como Málaga o Sevilla para intentar localizar al hombre, cuyo cuerpo seguía en la cámara frigorífica. Las hijas del difunto denunciaron su desaparición ante la Guardia Civil e iniciaron una campaña para buscarlo que acabó más de un mes después cuando una trabajadora social les avisó de que su padre constaba como fallecido en un informe derivado y firmado por el hospital de La Línea.

El dictamen ha considerado probado que tras el fallecimiento del padre de las reclamantes no se realizaron las actuaciones debidas para localizar a sus familiares y anunciarles este hecho luctuoso, ni se adoptaron las medidas de conservación del cuerpo adecuadas. El cadáver permaneció durante todo el tiempo en una cámara frigorífica de la morgue del hospital, pero no fue congelado, por lo que la familia tuvo que reconocerlo en un avanzado estado de descomposición y afrontar el dolor de "no haber podido velarlo" en el momento de la muerte.

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