Retrato de moderación con Moreno en el espejo y extremismo 'voxero' al fondo

El regreso de Borja Sémper, íntimo adversario de Abascal, con el que compartió credo político desde los 17 años, ensancha al PP de Feijóo ante el ciclo electoral que se abre en mayo y, especialmente, ante la batalla de las generales

Retrato de moderación con Moreno en el espejo y extremismo 'voxero' al fondo. Cuca Gamarra y Borja Sémper jalonan a Alberto Núñez Feijóo tras el comité de dirección de este pasado lunes en la sede del PP nacional, en la calle Génova de Madrid.
Retrato de moderación con Moreno en el espejo y extremismo 'voxero' al fondo. Cuca Gamarra y Borja Sémper jalonan a Alberto Núñez Feijóo tras el comité de dirección de este pasado lunes en la sede del PP nacional, en la calle Génova de Madrid.

Por sorpresa y sin filtraciones, aunque con un patinazo la noche antes en Twitter de la portavoz Cuca Gamarra, que mezcló en tuit bolsonarismo con merinas y dejó en mal lugar a su jefe. Empero, las negociaciones amasadas desde hace meses no han impedido que Alberto Núñez Feijóo haya dado un golpe de timón mediático en la búsqueda del centro derecha a escasos meses de las municipales y autonómicas de mayo próximo, y ante la batalla de las generales, que apuntan a final de año.

Un golpe en la dirección del PP nacional que pasa por el regreso de Borja Sémper a la primera línea del frente político tres años después. El dirigente vasco vuelve donde lo dejó porque la política a todos los niveles poco ha cambiado —primacía de lo partidista por encima del interés general, campaña permanente, debates estériles, ruido y bronca permanente, falta de respeto constante al oponente, bajo nivel de materia gris generalizado...—, pero sí regresa a ese partido que tiene ahora un espíritu más sorayista que otra cosa. Esa candidata de primarias que él apoyó en detrimento de Casado. 

Regresa a la titularidad de ese equipo que, entre Jekyll y Hyde, aspira a parecerse a lo mejor de Feijóo cuando mandaba a lo grande en Galicia y que tiene ahora en el triunfo incontestable de Juanma Moreno en Andalucía su santo y seña como faro hasta las generales.

Ensanchar la organización, fichar o repescar "talento" y vender transversalidad, moderación y serenidad ante una permanente tensión no resuelta de la conversación pública y la vida política que se ha vuelto insoportable. Borja Sémper —y la repesca del ex alcalde de Santander y ex ministro Íñigo de la Serna— forma parte de la estrategia del PP de Feijóo de escapar del poder del PP madrileño, ala dura, más extrema, y abrirse a las bandas con el jogo bonito de un discurso más creativo y menos leñero y trumpista, menos MAR (Miguel Ángel Rodríguez, ideólogo de Díaz Ayuso) y más Arriola. Un constante pulso en el que el ruido de fondo voxero pesa e influye casi cada día. Hasta en Sémper.

"Con Santi Abascal —líder de Vox— tengo una relación forjada a lo largo de muchos años y forjada en los años más duros que compartimos en el País Vasco. Nos conocemos desde los 17 años y hemos visto de todo. Tengo una relación personal con Santi Abascal a prueba de bombas y la voy a seguir manteniendo", ha manifestado este pasado lunes, en su presentación ante la prensa madrileña. Eso sí, Sémper —que fue portavoz del PP en el Parlamento vasco y concejal en San Sebastián junto al exministro Alfonso Alonso cuando ETA aún asesinaba— ha dejado claro que Abascal y Vox no representan lo que él "aspira y quiere" para España.

Lo pronunciaba casi en paralelo a que Feijóo soltara otra de esas obviedades a las que nos tiene acostumbrado el juego político actual: si puede gobernar en solitario, prefiere gobernar en solitario y no contar con Vox. Y ojo que la réplica de la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, no le anduvo a la zaga: "Que no maree la perdiz, que sea honesto y sincero le pidió, como si al menos en eso Feijóo no hubiese sido meridiano.

Obviedades: el peor de los escenario es volvera perder la Moncloa; el menos malo, Castilla y León —donde gobiernan con el lastre de la pesada carga ideológica extrema de Vox—, y el mejor de los sueños, ganar con holgura nivel Moreno. Ese político al que Casado quiso borrar del mapa y que ahora, gracias entre otros a otro de los fichajes estrella de Feijóo en Madrid, Elías Bendodo, es el espejo nacional donde mirarse.

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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