La polémica sobre la relación con Marruecos no cesa. Desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo público el cambio de la posición histórica de España con respecto al Sáhara Occidental, la polémica no sólo no ha disminuido sino que ha ido en aumento. El PSOE se quedó solo en la votación del Congreso de los Diputados donde, precisamente, se recriminaba al Gobierno esta nueva posición. Ayuntamientos del propio Partido Socialista como el de Puerto Real, también han mostrado su solidaridad con el pueblo saharahui.
Es evidente que todo se debe por el interes del actual Gobierno en acercar posturas con Marruecos, el otro país implicado directamente. Marruecos ya utilizó el chantaje el pasado año quitando sus controles fronterizos, algo que provocó una crisis migratoria en Ceuta y Melilla. Hay que suponer que los movimientos van en esa dirección.
Sin embargo, en los últimos actos parece que España está sometida a la voluntad del rey de Marruecos, Mohamed VI. El último ejemplo es que se reunión con Pedro Sánchez en la noche del jueves y, aunque Sánchez calificó el encuentro como el punto y final a una crisis, la cena dejó una imagen que ha levantado mucha polémica en España. Al fondo se ven las banderas de España y Marruecos pero la primera de ellas está puesta al revés, con el escudo bocabajo.
Partidos como Ciudadanos ya han reaccionado, "esta imagen es humillante para España. ¿Aceptó Pedro Sánchez posar junto al rey de Marruecos con nuestra bandera nacional boca abajo? Si ni siquiera se dieron cuenta, ¿de qué les sirve la legión de asesores a dedo que tienen contratados? Vergonzoso e intolerable".
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