La juventud, tras 10 años de la 'primavera' española: "¿El 15M... eso fue los atentados de Madrid?"

Una década después de las protestas que cambiaron la política española, las generaciones jóvenes, también politizadas, tienen problemas de vivienda y desempleo como las de entonces, pero están más desmovilizados. Dos profesores de la UCA aportan claves sobre esta evolución en la semana del 'corte de coleta'

Más listos, pero con subido de peso para los universitarios.
Más listos, pero con subido de peso para los universitarios. MANU GARCÍA

A mediados de mayo, en las universidades españoles están los agobios de cada año, porque hay que entregar muchos trabajos para ir rematando el cuatrimestre y ya se le ven las orejitas a los exámenes. En esas, varios grupos de chicos y chicas en el Campus de la UCA en Jerez se reúnen en torno a portátiles y tablets, observan apuntes subrayados y hablan de todo un poco. De política se habla, aunque cuentan que pocas veces en serio. Más bien, algún comentario sobre la polémica de la semana. No son ajenos, en absoluto, a las tensiones políticas, y casi todo el mundo tiene una opinión de casi todo. Diez años después, les preocupa porque les afecta. Pero en una década, mucho ha cambiado.

Una llegada al poder del PP, su salida, el PSOE, el PSOE con Podemos, el apogeo total de las redes sociales, el surgimiento de Vox, el trumpismo y una pandemia. Y lo más importante: que ya hubo un 15M, y un partido —ya, varios— que tomaron el relevo institucionalizando aquel desencanto que rivalizó a la izquierda del PSOE y que hoy busca nuevos discursos. Esta misma semana del 15M, Pablo Iglesias se cortaba la coleta. El retrato simbólico de un tiempo.

"En la pandemia, en lugar de ponerse de acuerdo, los políticos no han parado de pelear. No lo entendemos"

Axel, canario, y Ararat, de origen armenio pero desde hace 14 años en España, reconocen que no saben qué es el 15M. Axel, de hecho, busca en el móvil mientras se le formula la pregunta. "¿Puede ser lo del tren?", señala Ararat. Axel sí recuerda, luego, que le suenan esas imágenes de las plazas. "Lo que quedará es un recuerdo. Viene a ser el inicio de unas protestas". Ararat recela de "subidas de precios mientras no sube el salario. En España nos quedamos en el sofá por cosas importantes pero sí sale por el fútbol". Si no hubiera covid, Axel opina que él protestaría por las subidas de impuestos, y que los que están en el poder "se les olvida todo cuando llegan". Impuestos, peajes... "Pedro Sánchez y Pablo Iglesias decían que lo subirían solo a las clases altas, pero nos afecta a la clase obrera". Avisa que no apoya a ningún partido. No le gusta el extremismo de Vox, o que el PSOE y el PP "se dejen llevar", y sí, a la vez, le gusta en realidad algo de todos los partidos. A Ararat, tampoco. "Lo que se dice en los mítines es una falta de empatía hacia los de fuera".

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Ararat y Axel, estudiantes del grado en Turismo, en el Campus de Jerez esta semana.    MANU GARCÍA

El sondeo de Sociométrica sobre voto entre jóvenes tras las últimas elecciones de 2019 revelaba que Vox era el partido más votado entre chicos menores de 30 años, un 19,4%, por un 17,4% para Podemos, casi empatado con el PSOE. Éste era el partido más elegido entre chicas de menos de 30 años: casi una de cada cuatro votó por Sánchez, seguido de un 12,5% de Podemos y un 12,5% para Podemos. Vox, el PP y Cs, entre ellas, rondaban cada uno del 7 al 6,5%.

En una mesa al aire libre, se encuentran María, Marina, Alba e Irene. Las tres primeras, estudiantes de Educación Infantil y la última de Psicología. Ninguna sabe qué es el 15M. "¿El atentado?". No lo han estudiado en Selectividad. Al explicarles llega un "ah, sí" generalizado. "No queda nada en las autoridades de este país que se manifestaban". Marina cree que hay cosas más importantes que por lo que se manifestaron entonces. "Va a sonar, pero la existencia de partidos de extrema derecha ofende más a mucha gente que el desempleo, que viven en una caverna, dan privilegio a quienes tienen más dinero. Pisan nuestros derechos. Lo moral está por delante de lo económico".

"El problema es el Gobierno. Es la raíz del problema"

Cuentan que hablan de política. Alba explica que es "de derechas pero no he votado a Vox, lo veo extremo. Hace falta un punto medio. Los jóvenes somos los que tenemos que sacarnos las castañas del fuego. Nos hemos acostumbrado a tener las cosas mascaditas". Irene opina que "los sueldos van de mal en peor. El problema es el Gobierno, es la raíz del problema". Marina está de acuerdo. "Ningún partido se asemeja a lo que pienso. Nunca va a ser exactamente igual, pero no sé sinceramente a quién votaría hoy".

Lucía Caro es coordinadora del grado en Publicidad y Relaciones Públicas de la UCA en Jerez. Además, es profesora de comunicación política e investigadora en redes sociales. "Hay que diferenciar el 15M como momento político y sus consecuencias. Tenían nueve años cuando ocurrió, pero sí influye en sus vidas". Lo que sí cree es que ha cambiado la relación con la política. "En cierto sentido están más politizados que hace 10 años y sienten que pueden participar más como sujeto político a través de las redes. Antes, eso era a través de los partidos". Incluso, afirma que sí han asumido la diversidad sexual o movimientos como el Mee Too con normalidad.

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María y Marina explican sus posturas sobre el 15M en el Campus de la UCA.  MANU GARCÍA

Las redes sociales, señala, cuentan con algoritmos detrás que provocan una representación de las ideas políticas que probablemente no sea fiel al panorama multicolor de la sociedad, por lo que "tengo muchos prejuicios a la hora de decir que las redes hayan democratizado esa participación". De haber hoy un 15M, estarían en todo caso más marcado por internet.

"Hay posibilidades de un nuevo 15M, pero estamos en un agotamiento de la narrativa de entonces. Es un nuevo desencanto. No juzgo cómo se desarrolló políticamente después el 15M a través de Podemos, pero ha generado un desgaste evidente con la política. Algo tiene que resurgir, pero sería con otras dinámicas". Mientras, crece Vox entre los jóvenes. "Es una hipersimplificación de mensajes dirigidos a gente que se siente expulsada del sistema, y me preocupa. Espero que surja una propuesta que pueda movilizar pero que se aleje de la ultraderecha. En redes llaman a las emociones: buscan culpables como el feminismo, la inmigración e incluso el comunismo, que dicen que ha llegado a España y por eso Abascal habla siempre en el congreso del virus chino". 

"Podría haber un 15M. Voten lo que voten, a todos les preocupa el desempleo juvenil"

En otra mesa, las mismas dudas sobre qué paso el 15M. "A ver, cómo te explico... Bueno, búscalo mejor", le dice una compañera a otra. Ya explicado, recuerdan. "Hace falta otro 15M". Hablan Blanca, Lucía, Alba y Alejandra. "Se ha demostrado con la pandemia que hacía falta unirse, meten mierda unos a otros más bien", cuentan. Son estudiantes de Trabajo Social. "Con los salarios tan precarios, es difícil independizarse", dicen a estos 20 años. Les preocupa el desempleo, el precio de las viviendas... Dos cuentan que votarían a Podemos, y otras dos, en blanco. "Me lo pensé hasta el último día. Iría a votar pero sería en blanco. No hay que discriminar a la gente que piensa votar a Vox. Si lo opinan, ahí están, aunque algunas medidas que son discriminatorias". 

David Selva, también profesor en la UCA en Publicidad y colaborador en lavozdelsur.es, cuenta que el desconocimiento del 15M puede proceder de que "para esta generación, todo pasa muy rápido. Dos años es mucho tiempo". Quizás, en la tónica de tantas noticias trascendentes cada día, no sean los únicos para los que es difícil ver las cosas en perspectiva. "Sin ser tan viejo, ya daba clases antes del 15M y veo a la actual generación más concienciada y metida en política. Todos suelen tener un comentario".

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Una estudiante consulta un ordenador en el patio de la UCA.   MANU GARCÍA

Su idea es que no puede pensarse en los jóvenes "como pasotas. No lo son. Son conscientes del mundo que les rodea. Pero lo exteriorizan con cierto desánimo. La coyuntura, parece, en lugar de movilizarlos, desmoviliza". Piensa en la generación punk de los 80, "la del no future". A la vez, a pesar de las encuestas, no cree que el apoyo a Vox sea tan mayoritario, "al menos en mis alumnos universitarios". Más bien "es la opción antiestablishment, porque ¿cuántas personas que les votan tienen esas ideas extremas realmente? Esta generación han normalizado temas como el matrimonio homosexual, es que ni se debate. Hay más variables". 

De esta forma, "no podemos ver a los jóvenes por encima del hombro ni quejarnos de que se vuelvan de extrema derecha. En mi asignatura tocamos temas políticos para publicidad y jamás he tenido un encontronazo. Los alumnos dialogan más que la sociedad", matiza. Si hubiera un 15M nuevo, que ve "factible por la desafección existente", sería diferente. "Habría varios 15M contrapuestos, que comparten diagnóstico mientras se extreman algunas ideas, pero sería transversal y juvenil porque, voten lo que voten, les preocupa el desempleo juvenil".

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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