Ángel Carromero ha sido la primera víctima que se ha cobrado la guerra entre la dirección nacional del Partido Popular e Isabel Díaz Ayuso por la adjudicación de un contrato con el que el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid cobró 280.000 euros en comisiones, según ha reconocido ella misma, y el espionaje e investigación sobre este caso que habría realizado la dirección nacional del partido.
Carromero, director general de Coordinación de la Alcaldía de Madrid, era el principal señalado en esta actuación. Varios medios han publicado que se le habría hecho el encargo. La vicealcaldesa, Begoña Villacís (Ciudadanos) ha pedido explicaciones sobre si se usaron fondos públicos del Ayuntamiento para llevar a cabo esta misión.
A primera hora de la mañana, José Luis Martínez-Almeida había manifestado que Carromero le había negado los hechos pero que, en caso de que fueran ciertos, sería cesado de su cargo. Horas más tarde, tras las comparecencias de Ayuso y Teodoro García Egea, secretario general del partido, y las acusaciones cruzadas, Carromero ha dimitido. Aunque más que una dimisión parece una cabeza de turco.
Por otro lado, Cayetana Álvarez de Toledo, exportavoz del Partido Popular y diputada muy crítica con Pablo Casado, ha presentado su libro en Sevilla. Al comenzar su intervención ha pedido directamente la dimisión del presidente del PP. Esperanza Aguirre, por su parte, también ha dejado claro en una entrevista en LaSexta que si ella fuera García Egea, dimitiría.
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