"En Jerez estamos y también se nos espera", dice Antonio Fernández, candidato de Vox a la Alcaldía de Jerez, para acabar su discurso durante un acto de campaña celebrado en el hotel Sherry Park. Con esta frase contesta a María José García-Pelayo, alcaldable del PP, que durante el debate televisivo de este lunes apeló al voto útil, diciendo que la extrema derecha "ni está ni se la espera" en la ciudad. Que no pueden ser aliados tras el 28M.
Fernández decidió no asistir al debate, provocando no pocos comentarios de los siete asistentes. No fue, pero sí comenta temas que se hablaron —y que no— durante su transcurso. Como la alta tasa de paro. O la elevada deuda del Ayuntamiento. "Son todos cómplices", proclama el candidato de Vox, que critica la "dejadez y abandono" de la ciudad. Y la inseguridad. Y la limpieza. "No podemos olvidarnos de nuestros mayores", dice también. Y cuenta que un hombre de 80 años le ha dicho: "Qué mala es la soledad no deseada". Para anunciar su única propuesta de la tarde: aumentar la partida destinada a Dependencia si gobiernan.
"Igual que una casa necesita cimientos fuertes, Vox necesita tener presencia en ayuntamientos, que son los cimientos de nuestra casa, que es España", agrega Antonio Fernández, que proclama una frase para la historia: "Si eres de Vox, vota a Vox". A los presentes en el salón en el que se celebra el mitin, les dice que "no han conseguido silenciarnos". Que su mensaje ha calado en todos los barrios de Jerez, como prometió hace un mes.
La de Fernández no es la única crítica —la suya, de forma más velada— a los medios de comunicación. La diputada arcense Blanca Armario, que ejerce de presentadora, dice que "los medios nos tergiversan (sic)". También que la formación de extrema derecha cuenta con un "programa para cada municipio", aunque a principios de mayo se conoció que Vox había elaborado un documento único para todo el país. "Somos una piña, a pesar de lo que pueda decir la prensa", insiste Armario.
El partido presenta candidaturas en 34 de los 45 municipios de la provincia de Cádiz, a los que podrán llevar "el mensaje de Vox sin manipular", porque el partido tiene "un mensaje de unión, no de confrontación". El lema para estas municipales es Cuida lo tuyo. Se puede leer en el atril colocado en el escenario. Delante pone: "Cuida Cádiz". La única referencia a Jerez se ve en un roll up que el partido conserva de las elecciones europeas de 2014. Y que provoca las risas y comentarios del diputado Iván Espinosa de los Monteros. "Esto es de partido conservador", apunta.
Espinosa de los Monteros, invitado estrella del mitin, que por momentos se convierte en un juego interactivo, no es el único diputado del Congreso presente en Jerez. También están Agustín Rosety, Reyes Romero y Carlos Zambrano. Y el portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, Manuel Gavira, así como candidatos a la Alcaldía en otros municipios de la provincia. "Estoy muy contento de estar en Extremadura", dice Iván Espinosa, burlándose del lapsus de Alberto Núñez Feijóo, que en un mitin en Badajoz dijo que estaba en Andalucía. "Es una maravilla venir a Jerez y escuchar el mismo mensaje que en Málaga, Almería o Castellón. Esto es Vox, sentido común", insiste.
El diputado de Vox no se explica "cómo no sacamos mayoría absoluta", porque su mensaje es "de sentido común". Todo es porque sus proclamas "no llegan con suficiente nitidez". Y hace una especie de juego, que consiste en decir frases de políticos para que el público adivine qué partido las pronuncia. Hay pocos aciertos. "Los ilegales, a su país y a los narcos, plomo o cárcel", que dijo Santiago Abascal, es uno de ellos. El resto habla de inmigración, seguridad en los barrios, comunismo, eutanasia, aborto, la agenda 2030 o Bildu. "Son imposibles de identificar, es todo confuso", dice Espinosa a modo de conclusión del juego, que pretende instalar la idea de que "el consenso progre son todos menos Vox".
Durante la intervención del diputado, que dura cuatro veces más que la del candidato a la Alcaldía, se centra en criticar al Gobierno y también al PP. No ha sentado muy bien que Feijóo apele a los votantes de Vox de cara al 28M. Y Espinosa de los Monteros se esfuerza en mostrar que son dos partidos diferentes, que es imposible que sus votantes apoyen a los populares. A los presentes, les pide que convenzan a sus vecinos o familiares —"al cuñado que todavía vota al PP", aquí sí se permite hacer lo mismo que critica— para ser "la fuerza que más crezca en Jerez, en Cádiz y en toda España".
La okupación ilegal, el "adoctrinamiento en los colegios" —criticando "las prácticas sexuales a las que someten a los niños"—, la defensa de la vida, la "unidad de la nación", sus símbolos, la vinculación entre inmigración e inseguridad... todos los hits habituales del discurso de Vox aparecen durante el que pronuncia Iván Espinosa de los Monteros, que también se suma a la crítica a la prensa. Según el diputado, existe un "bloqueo mediático", hay "periódicos que nos ignoran", y "debates en los que no podemos estar" —el celebrado en Jerez no es el caso, se invitó a Fernández y decidió no acudir—.
O habla de los titulares cuando Vox recibe ataques. "Habrá un día en que alguien conteste y encima el titular será que Vox agrede", proclama. "Tenemos que utilizar la contención mientras la izquierda tiene barra libre para violencia verbal, física e institucional". A pesar de todo, dice que la extrema derecha tendrá pronto "mayoría absoluta en casi todas partes de este país, salvo que nos equivoquemos", porque "la verdad acaba prevaleciendo".
Aunque en su discurso dice algunas mentiras o, al menos, medias verdades. Como que el Gobierno está destruyendo infraestructuras hidráulicas en un contexto de sequía, lo que provoca cortes de agua, cuando las barreras demolidas son azudes, que no embalsan agua, y que estaban sin utilizar. O que la Agenda 2030, que habla de la idea de ciudadanía global, supone que "si no hay nación, no puedes elegir Gobierno", y que existiría "un Gobierno que no se controla, que no se vota".
"Viva Jerez, viva Cádiz y viva España", grita Espinosa para acabar su interlocución, que supera los 40 minutos. Acto seguido, suenan palmas por bulerías. Y por megafonía se dice que, "como en todos los actos de Vox", se escuchará el himno nacional para finalizar. Todos los cargos juntos, erguidos, frente al escenario, mientras suenan los acordes.
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