De Ronda vengo, lo mío buscando

Antonio Manuel clausura el XVI Congreso de la Fundación Blas Infante. Foto: Sebastián Chilla.
Antonio Manuel clausura el XVI Congreso de la Fundación Blas Infante. Foto: Sebastián Chilla.

Como Carlos Cano cantando Verde blanca y verde de Ronda venimos, buscando la flor del pueblo, la flor de mayo, verde, blanca y verde. Ay, qué bonica verla en el aire quitando penas. quitando hambres. Una flor que el frenesí rojigualda parece querer marchitar durante estos últimos años en el que el mal llamado problema territorial ocupa todo el ámbito de tertulia social y política.

La Fundación Blas Infante, que ha querido con su XVI Congreso rendir homenaje en su centenario a la Asamblea de Ronda de 1918, viene de Ronda con un sabor agridulce. Dulce por el encuentro, por el debate y por el éxito de la convocatoria; agrio por la situación de nuestra tierra, que habla poco y mal de sí misma, desesperanzada, con pena y con hambre. Sería bueno recordar a Carlos Cano, otra figura olvidada, como persona excepcional y como símbolo de unos artistas que cantaron a una Andalucía que durante un momento pareció levantarse, pero que volvió a caer ante la cama que otros avispados actores le hicieron.

El cantaor Juan Pinilla en su faceta de investigador desmonta "la cultura andaluza" de las últimas décadas. Foto: Sebastián Chilla.

En el centenario de la Asamblea de Ronda se han hablado de muchas cosas pero sobre todo de Andalucía, lo cual es en el día de hoy parece hasta un acto revolucionario. De Andalucía han hablado los participantes en las comunicaciones y ponencias, figuras como Isidoro Moreno, Manuel Ruiz Romero, María del Mar Calderón, Manuel Delgado Cabeza, Juan Pinilla, Fuensanta Plata García, Joaquín Urías, Olivia Carballar y por supuesto sus organizadores, Javier Delmás Infante, José María García León, y Antonio Manuel Rodríguez. El jurista, escritor, activista e intelectual cordobés dio en la clave al desmembrar y trocear los males que padece Andalucía en la actualidad. La pérdida de la conciencia andaluza es palpable ya no solo en las escuelas sino en la vida cotidiana.

"No se confundan conmigo, no es por los símbolos, no es que ponga en cuestión los símbolos ni voy a juzgarles por eso; lo que me duele es ver al trabajador andaluz explotado enarbolando en su balcón la bandera de sus propios explotadores", reconoce Antonio Manuel. "Un día en un aula les pregunté a los alumnos de qué color creían que eran estas banderas (señala la fotografía histórica manifestación del 4D). Si, aunque no os lo creáis, creían que eran rojigualdas". Los andalucistas, que apelan a la reconstrucción del andalucismo partiendo desde el presente y mirando hacia el futuro, conocedores de la situación de Andalucía, llaman a estar alerta.

La mesa donde Blas Infante y los andalucistas celebraron la Asamblea de Ronda de 1918. Foto: Sebastián Chilla.

Es por todo ello que la organización apela a las nuevas generaciones y a la educación como motor de cambio para profundizar en el municipalismo y en la autonomía fente a la oleada centralista y españolista de los últimos años. Un grito que viene a decir lo mismo dijo el propio Blas Infante en la convocatoria de la Asamblea de Ronda. "Ha llegado la hora de que Andalucía, en ocasiones la nación más civilizada del mundo, despierte y se levante para salvarse a sí misma". Para volver a ser lo que fuimos hombres de luz, que a los hombres, alma de hombres les dimos.

La histórica manifestación del 4D.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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