Cuando los datos del SAS chocan con los vecinos de los diputados

Jesús Aguirre ha comparecido este viernes en el Parlamento para explicar la situación de la sanidad andaluza. Sus cifras de inversión y personal se han encontrado con los relatos personales de la oposición

Jesús Aguirre entrando en la Comisión de Salud sobre el SAS
Jesús Aguirre entrando en la Comisión de Salud sobre el SAS

Por un lado, cifras mareantes y la mejor sanidad de la historia. Por el otro, los casos de vecinos y familiares que acuden a un centro de salud y no son atendidos. Inmaculada Nieto, portavoz de Unidas Podemos por Andalucía, quería evitar el “pim, pam, pum”, pero el “pim, pam, pum” ha sido inevitable en la comparecencia de Jesús Aguirre, consejero de Salud, en la Comisión de Salud y Familias.

La oposición quería que fuese en un pleno extraordinario. Vox también. Sin embargo, el desconocimiento del Reglamento de la última formación en llegar al Parlamento, finalmente provocó que fuera en comisión. Vox no quería quedarse sin participar. “Me interesa hablar con sus señorías”, se defendía Aguirre tras las acusaciones de la oposición por la no convocatoria del pleno extraordinario.

El frío de la sala, ilustrado en los abrigos de sus señorías, tampoco se ha correspondido con la temperatura del debate, que ha acabado con Ángeles Férriz, portavoz del grupo socialista, pisando la intervención del consejero. Ahí comenzaba la exhibición de Aguirre con el refranero español. “Un poquito de por favor”, pedía el consejero más seriéfilo a Férriz antes de empezar su último turno. En la siguiente frase también innovaba, “no hay más sordo que el que no quiere oír”, acto seguido, sumaba a los ciegos.

Jesús Aguirre ha vuelto a lo que ya es costumbre, no sólo en él, sino en todo el Gobierno andaluz, repetir cifras astronómicas sobre inversión y contratación. Tampoco han faltado las peticiones al Gobierno de España y las referencias a otras comunidades autónomas que están peor. Nada que no hubiéramos escuchado antes.

Frente a él, una oposición intentando desmontar cifras y tirando de storytelling. Por simplificar: ejemplificar un problema en personas con nombre y apellidos, algo muy extendido en la política durante estos últimos años. Si no indigna que se despidan a 8.000 sanitarios, que lo haga que en los centros de salud no atiendan a un niño.

No han sido pocas las situaciones que se han descrito. Desde los tiempos para una radiografía en Antequera a la experiencia de Ángeles Férriz con su hijo y el diagnóstico 10 días después del contagio, “si un crío tiene covid, los padres tienen que buscarse la vida. Yo tengo hijo y sé lo que pasa”, decía la portavoz socialista.

De las acusaciones de despidos, Aguirre respondía con un “somos gestores de presupuestos”. Al bloqueo de los presupuestos, la oposición contestaba con el superávit de la Junta en los dos últimos años. UP y PSOE describían un plan ideado para favorecer a la sanidad privada, Nieto detallaba los beneficios del sector y el aumento de los seguros privados. “La voluntad política se manifiesta en los presupuestos”, aseveraba Aguirre tras recalcar que desde su llegada la inversión había pasado del 6,1% al 7%.

No podían faltar las acusaciones de bloqueo y de pinza, “ustedes mucho hablar y poco dar trigo”. Aguirre volvía a tirar de refranero popular. Férriz llevaba los deberes hechos ante la más que previsible aparición de la pinza: desde la llegada de Espadas 16 de 18 decretos y 7 de 8 leyes han sido aprobadas, “¿dónde está el bloqueo?”, preguntaba la jiennense, “trabájense el argumentario político un poquito más”.

Allí estaba Vox, un poco más al margen. Férriz asentía cada una de las frases de Nieto. En una de ellas, señalaba los nervios del Partido Popular con Vox y advertía, “en el concurso de fachas siempre van a ser medalla de plata”. A la vez, describía una indignación transversal, “esto lo piensa gente que no votaría a mi formación y sí a la suya”. Lo del concurso de fachas no, lo del estado de la sanidad.

La formación de ultraderecha hacía la guerra por su cuenta. El estado de la sanidad importaba, sí. Pero no mucho más que la llegada de inmigrantes contagiados en patera o el pasaporte covid. “Nunca una vacuna había servido para dividir a la población”, afirmaba María José Piñero, médica y representante de Vox en la Comisión. La división, por cierto, en Andalucía es entre un 93% de vacunados y un 7% de no vacunados.

Aguirre tampoco le ha prestado demasiada atención a ello. De hecho, la última intervención del consejero ha sido única y exclusivamente para contestar a la representante socialista y a la plataforma de alcaldes. “Espérense a que pase el pico de la sexta ola para manifestarse, piano, piano, poquito a poquito”. No tiene pinta.

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Emilio Cabrera.

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