El testimonio de la primera alcaldesa de Afganistán: "Estoy sentada, esperando a que vengan a matarme"

Zarifa Ghafari, regidora de Maidan Shar, es una de las miles de mujeres que corren el peligro de perder la libertad y la vida tras el avance talibán

Zarifa Ghafari es la primera alcaldesa de Afganistán, regidora de Maidan Shar

Zarifa Ghafari es la primera mujer en ocupar el cargo de alcaldesa en la historia de Afganistán. La regidora, de tan solo 29 años, llegó a la alcaldía hace tres años designada por el presidente afgano Ashraf Ghani, que ha salido del país este domingo tras el avance talibán y la llegada de los insurgentes a la capital, Kabul

Gharafi, que ya había sufrido tres intentos de homicidio, perdió a su padre, el general Abdul Wasi Ghafari, asesinado el pasado 15 de noviembre de 2020.  Ahora la joven teme por su vida, habiendo dado un duro testimonio al medio británico iNews: "Estoy sentada aquí esperando que vengan. No hay nadie que me ayude a mí ni a mi familia. Solo estoy sentada con ellos y mi esposo. Y vendrán por gente como yo y me matarán. No puedo dejar a mi familia. Y de todos modos, ¿a dónde iría?".

La periodista Humira Saqib ya alertaba este martes de que se han iniciado "registros de casa en casa y han entrado en los hogares de las mujeres activistas políticas y cívicas", habiendo denunciado ya elasesinato de una mujer en Nangarhar, una ciudad que cayó en mano de los talibanes el pasado domingo.


La alcaldesa de Maidan Shar, capital de la provincia de Maidan Wardak, ya ha recibido amenazas de muerte. Mientras tanto, los talibanes sostienen que no irán contra las mujeres, contra las que prometieron "modeación": "Van a poder salir de casa, trabajar y estudiar", dijeron. La realidad es que el miedo se ha apoderado de ellas, más aún de las que se han signficado social o políticamente.

Otra mujer, ex diputada y colaboradora en las negociaciones de paz con los talibanes en Doha, Fawzia Koofi, afirmaba que su "corazón estaba roto en pedazos" ante el futuro que se cierne sobre las mujeres afganas. Ella misma sufrió en 1996 la llegada del poder talibán, cuando tuvo que dejar la carrera de Medicina. Los mayores recuerdan el fundamentalismo islámico talibán de finales de los 90, con severas restricciones a las mujeres, amputaciones, lapidaciones y ejecuciones públicas. En Kabul, muchos afganos se han quedado en casa atemorizados y a la espera de ver qué sucede.