La indignación por el pacto entre PP y Vox y el primer gobierno de la extrema derecha en España no sólo está en la izquierda del país. También ha llegado al propio Partido Popular Europeo. Su presidente, Donald Tusk, no ha escondido su sorpresa y decepción por este acuerdo para gobernar de forma conjunta Castilla y León.
Tusk, polaco, manifestó horas después de que se ratificara el pacto que se trataba de una "triste sorpresa" porque Pablo Casado había prometido que mantendría al partido en el centroderecha y alejado de acuerdos con "los radicales de extrema derecha, como Vox". El líder europeo lo decía con una sonrisa nerviosa, sin creerse demasiado que en España se hubiera dado este paso.
Para los populares europeos este acuerdo marca un antes y un después en la política europea. En muchos de estos países ni se contempla la posibilidad de llegar a acuerdos con Vox o sus homólogos. Sin embargo, en España ya se había llegado a pactos con ellos, aunque no de gobierno. Tusk espera que esto sea "un incidente" en la política espñola y "no una tendencia".
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