El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha exigido por primera vez de forma pública la aplicación del plan de Donald Trump para expulsar a dos millones de palestinos de Gaza a otros países árabes, una condición que ha presentado como imprescindible para dar por finalizada la guerra en el enclave. Durante su primera rueda de prensa en cinco meses, Netanyahu declaró estar “listo para poner fin a la guerra bajo condiciones claras que garanticen la seguridad de Israel”, entre las que incluyó la rendición total de Hamás, el retorno de todos los rehenes, el desarme completo de Gaza y la ejecución del “plan de Trump, tan correcto y revolucionario”.
Un desplazamiento civil en tres fases y bajo control militar
El líder israelí detalló que la iniciativa consta de tres fases. En la fase A, se contempla el ingreso inmediato de alimentos básicos en Gaza “para evitar una crisis humanitaria y permitir la continuación de los combates”. Según datos oficiales, entre lunes y martes han accedido al enclave 98 camiones de ayuda, aunque su contenido aún no ha sido distribuido. La fase B implicará la apertura de puntos de distribución de alimentos gestionados por empresas estadounidenses y protegidos por el Ejército israelí, una medida rechazada por agencias humanitarias como la ONU, que advierten que no garantizará el acceso universal a la ayuda.
La fase C supondrá el establecimiento de una zona “estéril” en el sur de Gaza, “libre de Hamás”, donde se trasladará forzosamente a la población desde las zonas de combate. “Será allí donde los residentes de Gaza recibirán toda la ayuda humanitaria”, explicó Netanyahu, en lo que apunta a un proceso de reubicación masiva de civiles bajo criterios militares. Las autoridades gazatíes estiman en más de 53.600 los muertos y cerca de 122.000 los heridos desde el inicio de la ofensiva israelí, el pasado 7 de octubre.
Israel ordena evacuar el norte de Gaza y redobla los ataques
De forma paralela al anuncio, el Ejército israelí ha emitido este miércoles una nueva orden de evacuación para toda la población del norte de la Franja, incluyendo barrios densamente poblados como Beit Lahiya y el campamento de Yabalia. El portavoz militar Avichai Adrai advirtió en árabe que “las FDI operarán con extrema fuerza en cada zona desde donde se lancen cohetes”, atribuyendo a Hamás la “plena responsabilidad por el sufrimiento del pueblo”. Se prevé que los bombardeos en la zona se intensifiquen en las próximas horas.
En relación con las críticas internacionales, Netanyahu aseguró que Israel no cederá a la presión de los países europeos ni a su intención de reconocer un Estado palestino. “Eso sería el premio gordo para Hamás”, afirmó. También se mostró dispuesto a aceptar un “alto el fuego temporal” si este conlleva la liberación de los rehenes, de los cuales al menos 20 seguirían con vida en manos de Hamás, según datos confirmados por su gabinete.
Finalmente, el jefe de Gobierno israelí rechazó las informaciones que apuntan a un distanciamiento con Donald Trump, destacando que “nos coordinamos, dialogamos, respetamos sus intereses, ellos respetan los nuestros, y hay coincidencias”. Afirmó además que no se opone al fortalecimiento de los lazos entre Estados Unidos y el mundo árabe, y que este acercamiento puede favorecer la consolidación de los Acuerdos de Abraham, impulsados en su día por el expresidente estadounidense.