Una turista estadounidense, de vacaciones en Malta, ha solicitado el traslado a otro país europeo después de que le denegaran practicarle un aborto. Andrea Prudente acudió al hospital al tener molestias. Allí le confirmaron que sufría un desplazamiento de placenta y que el feto no sobreviviría. Pero como continuaba teniendo latido, los médicos no le han practicado el aborto porque en Malta está prohibido.
A pesar de que su feto de 16 semanas ya no era viable y de los graves riesgos para su vida, los médicos le dijeron a Prudente, de 38 años y originaria de Seattle, que no podía abortar porque es ilegal en Malta.
Prudente, la mujer embarazada estaba de vacaciones en Malta con su marido Jay Weeldreyer para pasar la "luna de miel", sufrió una rotura prematura de aguas el jueves, según informa Euronew.
Dijo que el personal del hospital Mater Dei de Msida les informó de que debía esperar hasta que el latido del feto se detuviera o hubiera "un riesgo inminente" para su vida antes de poder extraerlo.
Según la legislación maltesa, las personas a las que se descubra que han interrumpido el embarazo o han "provocado un aborto" pueden enfrentarse a penas de prisión de hasta tres años. Esto incluye tanto a las mujeres embarazadas como a los profesionales médicos.
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