Un coche ha embestido a un grupo de personas que celebraba el carnaval, esta pasada madrugada, en la localidad de Strépy-Bracquegnies, al sur de Bélgica. Como consecuencia de este acto, al menos cuatro personas han fallecido y hay otros siete heridos graves y 15 leves.
"Un coche que iba a toda velocidad arrolló a la multitud que se había reunido para ver la recogida de Gilles. El conductor siguió su camino, pero lo interceptamos", asegura el alcalde de la ciudad belga, Jacques Gobert, una información que está ofreciendo las cadenas RTBF y RTL.
La Policía ya ha detenido a los dos integrantes del vehículo, que había "surgido de la nada", según varios testigos, a las cinco de la mañana, arrollando a decenas de personas. "No hay palabras, es el horror. Llegar al lugar de los hechos tiempo después de la catástrofe, ver esos cuerpos esparcidos por la carretera, gente sufriendo... No puedes imaginar que esto pueda existir y, por desgracia, es lo que está ocurriendo. No hay palabras, es dramático", señala el alcalde.
"Fue una escena que nunca pensé que vería en mi vida. El coche aceleró y cuando nos dimos cuenta de que algo estaba pasando, todos estaban en el suelo. La gente gritaba. Había música y sonrisas y tres segundos después, gritos. Fue horrible", describe Fabrice Collignon, presentador de la RTL, que participaba en las celebraciones. "Oímos un gran ruido procedente de la parte trasera y el coche se estrelló literalmente contra el grupo de personas".
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