Las filtraciones de Sánchez y Ábalos y la máxima de Lenin: '¿a quién beneficia?'

Más allá del tono desahogado, propio de un intercambio privado de mensajes, por ahora no ha aparecido nada relevante desde un punto de vista político, pero sobrevuela la posibilidad de que acabe ocurriendo

José Luis Ábalos, en un acto cuando era ministro.
José Luis Ábalos, en un acto cuando era ministro.
13 de mayo de 2025 a las 20:47h

La filtración de mensajes de Whatsapp entre el presidente Sánchez y el exministro Ábalos, que está publicando de manera seriada El Mundo, sin duda está marcando la agenda política de la semana en España. No tanto por el contenido revelado hasta ahora, de escaso o nulo interés político, sino por la sensación creciente de que estamos en una fase de tanteo y que, en cualquier momento, puede darse a conocer algo relevante.

Lo que ha aparecido hasta ahora viene a confirmar algo que solo alguien que ande muy despistado no sabía: nuestros dirigentes se expresan en privado tal y como lo hace el común de los mortales, es decir, no siempre con la debida elegancia. Alguien puede ser "una pájara" (la ministra de Defensa, Margarita Robles) en un mensaje y, al siguiente, otro puede ser "torpe", caso de Pablo Iglesias, por entonces vicepresidente segundo, pero sin más revelaciones.

Otra cosa es preguntarse a quién favorece la aparición de estos mensajes y, en consecuencia, quién podría, presuntamente, ser la persona o el ente que está filtrando. Hace algo más de un siglo Lenin (ni más ni menos) recuperó el giro de la antigua Roma '¿A quién beneficia?', como pista a seguir cuando se da una circunstancia de desconocimiento como la actual. Si damos por supuesto que solo hay tres depositarios de estos mensajes –Sánchez, Ábalos y la UCO de la Guardia Civil– de esta teoría tampoco se desprende un claro beneficiario. Descartando a Pedro Sánchez por razones obvias –aunque con el presidente nunca se sabe–, Ábalos parecería en principio el más interesado y la teoría de que estaría así presionando al Gobierno para recabar ayuda ante lo que se le viene encima resulta creíble, pero la vicepresidenta María Jesús Montero ha dado un inesperado giro al apuntar hacia la UCO.

El enfado del Gobierno y del PSOE es lógico y su anuncio de adoptar acciones legales está plenamente justificado, pero la hipocresía respecto a este asunto resulta evidente. Ayuso aparte –es cierto que lo de su novio no es exactamente lo mismo– en el lado popular no hay más que recordar el mítico "sé fuerte, Luis", del entonces presidente Rajoy a Bárcenas y los papeles invertidos que entonces se dieron entre los dos grandes partidos.

Sobre el autor

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Carlos Piedras

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