"Mi futuro y el de mi familia están en juego por un tecnicismo interpretable", se queja María Navarro, aspirante al cuerpo de Educación Primaria en las oposiciones docentes de 2025 en Andalucía.
La aspirante ha presentado un escrito al tribunal solicitando la revisión de lo que considera una “injusticia” tras la invalidación de su programación didáctica por un motivo que califica de “arbitrario y formalista”.
Navarro, quien tenía altas probabilidades de obtener plaza, fue descalificada debido al uso de un tamaño de fuente ligeramente superior al estipulado en el título de la portada de su documento.
Según la normativa de la Orden de 21 de febrero de 2025, anexo VIII, las programaciones deben presentarse en “Times New Roman de 12 puntos o similar”. El título “Programación Didáctica”, cuenta ella misma, estaba escrito en un tamaño ligeramente superior, y cumple con la flexibilidad que introduce el término “o similar”.
La misma programación en cuatro convocatorias anteriores
Este criterio, según la opositora, no fue considerado por los servicios jurídicos en su instrucción inicial, que se centró en otros aspectos formales, como los datos de identificación en la portada. Sin embargo, un mensaje posterior de los presidentes de las Comisiones de Selección omitió la expresión “o similar”, lo que llevó a una interpretación más restrictiva que resultó en su invalidación.
Navarro, quien ha presentado la misma programación en las cuatro convocatorias anteriores sin objeciones, argumenta que la diferencia en el tamaño de fuente es mínima y no afecta el contenido del documento.
"Es una cuestión de forma, no de fondo"
“Es una cuestión de forma, no de fondo”, insiste en su escrito dirigido al tribunal, en el que incluye capturas de pantalla que muestran la similitud visual entre las fuentes utilizadas. La opositora ha pedido al tribunal que reconsidere su caso antes del 22 de julio, fecha en que finaliza la fase de la segunda prueba, para evitar un “daño irreparable”.
El caso de Navarro ha generado debate sobre la rigidez de los criterios formales en procesos selectivos y la necesidad de interpretaciones más flexibles cuando la normativa lo permite. Fuentes cercanas al proceso indican que el tribunal está revisando el escrito, aunque no se ha confirmado si se modificará la decisión inicial. "Este caso pone en el foco la presión que enfrentan los opositores y la importancia de una aplicación equitativa de las normas en procesos de gran trascendencia personal y profesional", señala la opositora.
