El examen de Latín es una opción para muchos alumnos de lo que históricamente se ha conocido como la rama de letras del Bachillerato y la Prueba de Acceso a la Universidad.
Tiempo atrás, era una asignatura obligatoria para todo aquel que quería estudiar carreras como Derecho o cualquier Filología. Hoy no es tan así, pero su conocimiento ayuda enormemente a desarrollar el propio lenguaje, la lengua castellana o el aprendizaje de idiomas, especialmente lenguas romances.
Esta prueba consta de varios apartados. El primero, una traducción. La primera opción, sobre el rey Servio Tulio, de un texto de Eutropio. La segunda opción, un poema de Catulo, el autor 'obsceno' del tiempo de los romanos, y que es una parodia de los cantos fúnebres.
El apartado B es de preguntas abiertas: un análisis morfológico, un análisis sintáctico, una pregunta de léxico y otra sobre literatura. Aquí hay dos opciones. El primero, una comedia de Plauto, Pseudolo, y el otro un poema de Catulo, autor que ya salía anteriormente.
El latín no es de las asignaturas más comunes entre los estudiantes, pero hay quienes, empujados por un cierto sentido emocional del aprendizaje, transitan aún por uno de los caminos más bonitos de los estudios superiores. Su dificultad radica en la necesidad de comprender no solo el idioma, sino también buena parte de la cultura de Roma.
Este examen es el primero de la segunda jornada, junto a matemáticas de ciencias o dibujo artístico. En el día del martes 3 de junio, los exámenes fueron los generales de lengua, inglés, francés, filosofía e historia.
