Una opositora a docente estalla contra el tribunal: "Ni me miraban o se estaban comiendo las uñas"

La aspirante denuncia que se sintió tratada con "una falta de profesionalidad y de respeto que me cuesta asumir"

Una opositora a docente.
26 de julio de 2025 a las 09:45h

Otro testimonio de aspirantes en las oposiciones a docentes de Andalucía que refleja indignación. Una opositora se ha pronunciado duramente contra un tribunal de la especialidad de Audición y Lenguaje, tras conocer su calificación en la prueba oral. Por segundo año consecutivo, esta aspirante asegura sentirse "injustamente valorada" y acusa al tribunal de actuar con "falta de seriedad y respeto".

“No se ha valorado mi trabajo con el mínimo de seriedad”, comparte con lavozdelsur.es. En su relato, crítica con dureza las rúbricas de corrección del examen oral, que califica de “vergonzosas”. Según denuncia, estas pautas de evaluación no reflejan el contenido ni el esfuerzo demostrado durante su exposición, y repiten exactamente el mismo patrón que en la convocatoria anterior: “una corrección mecánica, alejada de lo que realmente se dice y se defiende”.

La opositora, que asegura haber abordado puntos clave hasta en cuatro ocasiones, denuncia que ha recibido incluso ceros en algunos ítems. “¿De verdad alguien que se ha preparado un oral durante meses, que ha cuidado cada parte del discurso, merece un 5,7?”, se pregunta. Una nota que, en su opinión, no hace justicia a su desempeño, ni a su experiencia ni al esfuerzo invertido.

"Falta de profesionalidad"

La opositora recalca que ha aprobado las cuatro convocatorias anteriores y que partía como la número uno en baremo de su tribunal, con la mayor experiencia docente de su grupo. Aun así, lamenta que su nota esté por debajo de personas “sin tiempo de servicio”. “¿Dónde está la coherencia?”, se cuestiona, visiblemente frustrada.

La aspirante también pone el foco en la actitud del tribunal durante su intervención. Asegura que mientras ella se jugaba el trabajo de su vida, hubo miembros del jurado que ni siquiera la miraban o se estaban comiendo las uñas. “Esa actitud lo dice todo”, apunta, subrayando que se sintió tratada con una "falta de profesionalidad y de respeto que me cuesta asumir".

“No es una pataleta. Es dolor, indignación y cansancio”, sentencia. Su mensaje final es claro: no está dispuesta a seguir aceptando que su esfuerzo pase desapercibido. “No se puede poner tanto de una misma para que se valore tan poco. No quiero dejar pasar otro año sintiéndome pisoteada”, concluye.

Sobre el autor

Patricia Merello

Ver biografía