Sergio Leal es un maestro de Jerez que lleva como interino desde 2003, año en el que finalizó su carrera y entró en las listas para ir cubriendo las necesidades de la Junta de Andalucía. Ese mismo año se presentó a las oposiciones y lo volvió a hacer en 2005, 2007, 2009 y 2011. Las aprobó, pero no llegó a sacar plaza.
En las oposiciones de 2011 se centra el punto principal de una historia de lucha contra el sistema injusto de las oposiciones a maestro. Aquel año, Sergio hizo un buen examen y presentó un informe para interinos, que en vez de hacer la parte oral, podían entregar este documento.
Este informe fue calificado en 2009 con la máxima nota, un diez. Sin embargo, dos años más tarde, la valoración que hizo el tribunal fue de un cero. Con esa nota, ni siquiera pudo hacer media para ver si sacaba la plaza. "Automáticamente, estaba suspenso", cuenta este maestro jerezano.
Tras la indignación por el suspenso, Sergio se puso a mover cielo y tierra para que se examinase de nuevo el informe y se comparase con el de 2009. "No tiene sentido que un documento calificado con un diez por un tribunal, pasé de esa puntuación máxima a la mínima".
En un momento determinado, este maestro decide denunciar lo que considera una enorme injusticia y consigue sentencias a su favor del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y del Tribunal Supremo. Después de 7 años de mucha paciencia, donde la administración fue alargando los plazos, Sergio consigue que se le revise el caso del informe de la oposición.
Sorpresivamente, como cuenta el docente, "la Junta pone al cargo de esa revisión a la misma persona que en 2011 hizo la calificación del informe. Si pones al lobo al cuidado de las ovejas... Y resulta que, después de siete años, me quedó con mi nota en una situación absurda en la que un documento calificado previamente de manera positiva es recalificado negativamente".
Durante los 20 años que lleva como maestro, Sergio ha estado en 25 colegios en la provincia de Cádiz. "No he tenido problema en ninguno. He tenido buenas relaciones laborales con alumnos, padres y compañeros". Sin embargo, a pesar de su trayectoria, de su dilatada experiencia, todavía no tiene plaza fija y, para tenerla, le obligan a "tener que demostrarlo cada dos años en un proceso que te quita de tu vida, de tu familia, en el que tienes que gastar dinero en academias... En 20 años, puede que haya alguien que no esté de acuerdo con tus opiniones, con algo que se hace, pero no es normal que se siga juzgando si un interino tiene o no la capacidad de su trabajo y tenga que demostrarlo cada dos años", relata.
"Y, al final, para que pase como este año, donde han sacado 1.500 plazas para 30.000 personas, de las cuales 15.000 ya están trabajando. Si hay 15.000 trabajando, ¿para qué sacan 1.500 plazas? Por mucho que estudies, muchísima gente se va a quedar fuera", destaca.
Para Sergio, el tema de los opositores es "un problema de la gestión inepta de las administraciones. No creo que haya ninguna mano negra y sí mucha ineptitud por parte de la administración".
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