El grito desesperado de un investigador sevillano: "Quiero una oportunidad para no tener que emigrar"

El bioquímico Álvaro Carmona, con dos másteres y doctorado cum laude en Roma, cuenta las dificultades que encuentra a la hora de desarrollar su carrera investigadora en España, que dedica solo el 1,2% de su PIB a la ciencia frente al 2% de la media europea

Álvaro Carmona, bioquímico e investigador sevillano, en un laboratorio de La Sapienza, en Roma.
Álvaro Carmona, bioquímico e investigador sevillano, en un laboratorio de La Sapienza, en Roma.

“Definitivamente me despido de la investigación, lo dejo. Ayer se publicó la lista de adjudicados de los contratos para jóvenes doctores de la Junta de Andalucía. Contra todo pronóstico, no me la han concedido; abandono, tiro la toalla. Desde que volví de Roma tras doctorarme con honores en Medicina Molecular del cáncer no he parado de buscar postdoctorados en diferentes laboratorios y todos me han respondido lo mismo: nos encantaría, pero no tenemos pasta. Esto es lo que nos queda, un país de personas sobrecualificadas que no pueden desarrollarse laboralmente en aquello para lo que han estudiado”. El grito desesperado de Álvaro Carmona (Sevilla, 1990) sonó con fuerza en redes sociales. Más de 4.000 retuits, 10.800 me gusta y 663 mensajes acumula el hilo escrito en Twitter cuando se publican estas líneas.

El desahogo de Álvaro tiene diversos motivos. Este bioquímico sevillano, con dos másteres, doctorado cum laude en Medicina Molecular del cáncer en La Sapienza (Universidad de Roma), se encuentra en paro. Tras su experiencia en Italia, donde ha pasado cuatro años estudiando y con un contrato doctoral, regresó a España a principios de año. Luego llegó la pandemia y mandó parar, pero no cesó en su empeño de encontrar un laboratorio donde poder continuar su carrera investigadora. “Estoy empezando y quiero seguir adelante, quiero una oportunidad para que me dejen demostrar mi valía, si entro en un laboratorio ya yo me parto la cara dentro y curro lo que haga falta, pero que me dejen para no tener que emigrar", expresa cuando atiende a lavozdelsur.es.

Álvaro está sobradamente formado. A su licenciatura en Bioquímica por la Universidad Sevilla (US), sumó luego un máster en Neurociencia por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) —donde participó en estudios sobre la esclerosis múltiple— y otro máster en Investigación Médica (US) en su regreso a Sevilla, que compatibilizó con su trabajo en un restaurante para pagar sus estudios, antes de hacer las maletas con destino a Roma. “Fue un cambio de tercio, venía de estudiar enfermedades neurodegenerativas y allí me dediqué a la medicina molecular del cáncer”, explica.

“Estuve investigando mucho, colaborando en diferentes proyectos, hice dos publicaciones científicas en revistas especializadas sobre el desarrollo de nuevos fármacos para el tipo de leucemia que estudiamos…”, relata Carmona, que concluyó el doctorado con la máxima puntuación, cum laude, pero “hay un superávit de profesionales cualificados que optamos a pocos fondos”, señala. “Soy consciente de las limitaciones de mi CV, joven doctor, pero quiero seguir creciendo, publicando, y produciendo”, agrega.

“Si no tienes publicaciones de impacto no puedes acceder a contratos postdoctorales, pero si no accedes a contratos no puedes seguir produciendo… es la pescadilla que se muerde la cola”, se queja Álvaro, que contempla como última opción salir del país para continuar su carrera. “Me iría, pero si no estuviera obligado a emigrar, me parece un poco excesivo”. El varapalo de no ser admitido por el proceso de selección llevado a cabo por la Junta de Andalucía —eran diez aspirantes para tres plazas en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD)— lo expresó en redes sociales, con unos mensajes que se hicieron virales. “No esperaba que llegara tan lejos, fue un desahogo”, confiesa. “Me permití 24 horas de luto”, dice, “y si mi caso particular sirve de ejemplo para que veamos que en España debemos mejorar en ciencia e investigación, bienvenido”.

España invierte, según datos de 2018, el 1,24% de su Producto Interior Bruto (PIB) en Investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), cuando la media europea se sitúa por encima del 2%, un objetivo que está encima de la mesa tras la iniciativa impulsada por Constantes y Vitales, que suma 700.000 apoyos para que el Gobierno llegue a esa cifra. Países como Alemania, Austria o Suecia están por encima del 3%. El Ejecutivo aprobó, hace un par de meses, la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación, que fija como objetivo principal el de duplicar la inversión en los próximos siete años hasta alcanzar el 2,12% en 2027. “Está más que demostrado que la inversión en ciencia se recupera con creces”, aporta Álvaro Carmona, quien se muestra “expectante” ante las buenas intenciones del Gobierno.

El Consejo de Ministros, esta misma semana, ha aprobado la concesión de ayudas por valor de 148 millones de euros para la contratación de investigadores mediante varias convocatorias en concurrencia competitiva que financiarán e incentivarán la formación y especialización en I+D+I, tanto en el sector público como en el privado. "Estos incrementos de las principales convocatorias de este año buscan fortalecer estos contratos postdoctorales, aumentar a su vez la presencia del personal investigador que ha terminado su formación y posibilitar un itinerario y una inserción laboral", asegura la ministra María Jesús Montero, quien asegura que "el objetivo es que se consolide esta situación para paliar la disminución de la oferta de plazas que se produjo en la última década".

Álvaro, mientras tanto, sigue esperando su oportunidad. "Soy una de tantas miles de personas afectadas por los recortes en ciencia", expresa. De momento, cursa el Máster Universitario en Profesorado en Enseñanza Secundaria (MAES) porque le "apasiona" la docencia, una pasión a la que da rienda suelta en su canal de Youtube, llamado S de Siensia, donde intenta "transmitir la ciencia de manera democrática para las personas que no han estudiado lo mismo que yo. Mi idea era bajar el discurso científico de la nube académica a la calle, para que sea atractivo para todos", dice. De momento, ahí, no le va mal.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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Comentarios (1)

Jose Hace 3 años
Llevo 7 años fuera de España y no pienso volver. Las condiciones en el extranjero son muchos mejores. Lo animo que se vaya y busque unas condiciones decentes para su experiencia.
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