El músico y colaborador de RAC1, Àlex Torío, ha anunciado que abandona la docencia después de casi tres décadas enseñando matemáticas en un centro concertado del Eixample de Barcelona. En declaraciones a la emisora catalana, ha confesado que se siente “decepcionado” con la evolución de la profesión y ha explicado los motivos de una de las decisiones más difíciles de su carrera.
“Después de 27 años he decidido dejar la enseñanza. Me sabe muy mal, porque amaba dar clase, pero estoy muy decepcionado”, declaró Torío, que este curso 2025-2026 ha solicitado una excedencia. Según él, la administración prioriza maquillar estadísticas frente a afrontar los problemas reales de la educación: “El sistema solo arregla la estadística, no el problema”.
“El nivel de los alumnos ha bajado drásticamente”
Uno de los ejes de su crítica es el deterioro del nivel académico. “Ahora pongo exámenes mucho más fáciles que hace 20 años, porque si no me cuestionan por qué suspendo a demasiados alumnos”, explicó. Torío lamenta que los contenidos se hayan debilitado y que las pruebas oficiales, como las evaluaciones diagnósticas de 4º de ESO, sean “mucho menos rigurosas que antes”.
El profesor asegura haber comprobado en primera persona esta bajada de nivel: “Me he encontrado con alumnos de 18 años que no saben las tablas de multiplicar”. Incluso, según relata, exalumnos suyos que ahora imparten clases particulares también detectan la misma tendencia.
Una decisión dolorosa, pero necesaria
Aunque reconoce que todavía sueña con las clases, Torío afirma que no podía continuar. “Me sabe muy mal haber llegado hasta aquí, pero no podía más”, admitió. Por eso ha decidido dar un paso al lado y cogerse una excedencia este curso. Sin embargo, no descarta regresar en un futuro: “Ya veremos dentro de un año qué hago. Pero ahora mismo necesito respirar”.
En su testimonio también compartió el impacto personal que le supone dejar la docencia, al tratarse de una profesión que ha marcado su vida durante casi tres décadas. Aun así, insiste en que se trata de un descanso necesario para recomponer fuerzas.
Torío dirige también sus críticas hacia el Departament d’Educació y lo que denomina “lobbies psicopedagógicos”, como la Fundació Bofill. “El sistema está en manos de psicopedagogos de despacho que nunca han pisado un aula. Los profesores somos los que sabemos, pero no se nos escucha”, denunció en antena.
Para él, la gestión educativa se ha desconectado de la realidad de las aulas, donde los docentes enfrentan un alumnado cada vez más desmotivado y soportan además una creciente carga administrativa. Una combinación que, según afirma, compromete la calidad de la enseñanza y ha terminado por empujarle a dejar las clases.


