La consejera de Desarrollo Educativo de Andalucía, Carmen Castillo, anunciaba este lunes que la Junta instalará en otros 80 centros educativos las mejoras que derivan del Plan de Bioclimatización. La ley, aprobada en 2020, fue todo un avance: por normativa, los colegios e institutos públicos -no los concertados ni los privados- debían renovar los sistemas para que las aulas no fueran un 'horno'.
Y es que prácticamente todas las provincias andaluzas tienen problemas con las altas temperaturas tanto al final como al principio del curso. De Huelva a Almería, aunque especialmente las provincias por las que pasa el Guadalquivir, sufren las temperaturas extremas, 40 grados aún en periodo escolar.
En total, según las cifras de la Junta, con los nuevos 80 centros que realizarán reformas, serán un total de 542 centros los que habrá recibido la financiación y habrán puesto en marcha lo que pide la normativa. De un total de más de 4.500 colegios e institutos públicos en Andalucía, eso supone poco más del 10%. La norma no incluye a privados y concertados, pero sí a los colegios, que si bien el mantenimiento de las instalaciones corresponde a los ayuntamientos, la Junta es la que se hace cargo. Si se incluye a privados y concertados, que suman unos 7.000 en total, la cifra es del 6%, como denunciaba este lunes Adelante Andalucía, el promotor de la norma desde su minoría parlamentaria en 2020.
Lo que propone la Junta es un sistema de climatización adiabática, que es más responsable con el medio ambiente que otros sistemas tradicionales. Significa evaporar agua que al evaporarse absorbe el calor circundante. Pero no es tan rápido ni tan 'barato' como colocar aparatos de aire acondicionado aula por aula. De hecho, para esos 80 nuevos centros, son 30 millones de euros. En total, la Junta dice que ha invertido 175 millones desde 2020 en la climatización. Cada centro cuesta unos 375.000 euros en 2025. Una cifra nada desdeñable.
Según denuncia Ustea, "la administración andaluza continúa sin establecer una planificación pública, sin auditorías térmicas, sin dotación técnica adecuada y sin cronograma de actuación, mientras el alumnado, el profesorado y el personal de administración y servicios se ven obligados a convivir con temperaturas extremas en las aulas".
Además, el sindicato explica que los alumnos, docentes y personal sufre la "falta de espacios con sombras y con escasa arboleda, máquinas de aire insuficientes que hace que pocas aulas sean cómodas para la docencia e incluso alumnado que viene con mini ventiladores como sucede en la capital cordobesa. Añaden que este estrés térmico hace que el alumnado y los y las docentes estén débiles y poco concentrados en clase. Son además muchos coles de primaria de la zona del valle del Guadalquivir los que le piden a los ayuntamientos de su municipio que siembren árboles con sombra y doten a los centros de toldos para las zonas de recreo".
"La única respuesta ofrecida por la Consejería ha sido permitir la reducción de la jornada lectiva a partir de las 12:00. Esta medida, lejos de solucionar el problema, vulnera el derecho a la educación del alumnado de las zonas más afectadas y sigue dejando al profesorado y a parte del alumnado expuestos a temperaturas que superan ampliamente los límites recomendados por los expertos en salud laboral". Una salida que no fue, como comprobó lavozdelsur.es, ni ordenada ni previsible, generándose cierto caos en Sevilla el día que llegó a aviso naranja.
