El encarecimiento de litro de combustible se ha hecho evidente en las últimas semanas y vuelve a aparecer el fantasma del 'golpe psicológico' de los dos euros. Unas cifras que se alcanzaron al inicio de la guerra de Ucrania, cuando se vislumbraba la escasez en el combustible, y que fue parcialmente resuelta por el Gobierno de España con la bonificación de 20 céntimos por litro, una medida que decayó con el inicio de 2023.
Así, la media en España supera ya 1,7 euros para la gasolina, algo menos en el diésel. Sin embargo, según el día de la semana y la gasolinera consultada, a veces los precios se invierten y es el gasóleo el alcanza mayor precio. La gasolina de 98 octanos es la que sí está ya rozando los dos euros, aunque es de menor consumo en España.
Así, según informa El País con datos oficiales, los precios entre diésel y gasolina cada vez se acercan más. Y todo, porque Rusia y Araba Saudí están recortando la producción, una medida que busca, precisamente, alcanzar una subida de precio de cara al invierno.
La dependencia de Europa hacia el combustible oriental es absoluta. Desde los derivados del petróleo hasta el gas natural, Europa necesita calentarse desde este mes de octubre con calderas y mantener su producción industrial dentro de unos precios razonables.
A esta problemática de origen económico y geopolítico se unen las consecuencias de la sequía, que están encareciendo las producciones del campo europeo. La falta de lluvias provoca que los agricultores acudan a alternativas para sacar adelante sus cosechas, y además con pérdidas, provocando ciertos recortes en producto final.
Todo esto es una bomba, un clima perfecto, para que la inflación no decaiga en Europa, mientras la Unión sigue aprobando paquetes para recuperar las economías tras la pandemia (España ha accedido este lunes a 93.000 millones europeos), y a la vez que se intenta contener el precio por medio del desincentivo de la compra de dinero, subiendo el Euríbor.
En definitiva, es el consumidor el que está pagando las consecuencias de una triple amenaza: la recuperación económica desde 2020, la situación geopolítica y la sequía.
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