Iberdrola ha planteado una reducción del 15% de su plantilla mediante salidas pactadas, que dejaría sin puestos de trabajo a unos 1.500 empleados, concretamente 1.450 saldrían como prejubilaciones. Las negociaciones ya han arrancado para poner en la balanza las intenciones de la dirección de la empresa y de los sindicatos.
Los candidatos para salir de la empresa energética estarían entre los más de 3.000 trabajadores que superan los 51 años, los cuales se sumaron a la plantilla el año pasado ascendiendo a casi 9.600 personas. El pasado 10 de septiembre la empresa ya denunció el actual convenio y llevan cuatro días de reuniones para lllegar a un acuerdo.
Los sindicatos también han puesto de inicio unas condiciones que van desde incrementos salariales entre el 1,5% y el 3,7% fijo y consolidable a un incremento adicional ligado a resultados entre el 1,5% y el 3,25%. Además, han puesto sobre la mesa la reducción de las horas anuales de trabajo (1.670 horas) de hasta un 7%, así como la concesión de una nueva paga por antigüedad y una paga por firma de convenio, y un plan de pensiones con aportación de la empresa al 100% para toda la plantilla.
A su vez, solicitan un incremento de los días de vacaciones vinculado a los años de antigüedad, una extensión de la póliza sanitaria para todos los familiares de los empleados, y más flexibilización de jornada y mejoras en conciliación y permisos. El coste estimado de las propuestas de los diferentes sindicatos supone entre un incremento de un 20% y un 60% durante el convenio, cuya vigencia suele ser de 4 años.
Los sindicatos manifestaron su desacuerdo al considerar que este nuevo convenio colectivo planteado por Iberdrola "no era oportuno" por la situación de pandemia por coronavirus. Así, han mostrado su malestar ya que "el entorno y la realidad sanitaria no son propicios" y "no se debería abordar un convenio colectivo mientras la situación sanitaria se mantenga en la actual incertidumbre".
"Sería difícilmente entendible un convenio a la baja con la compañía en máximos", ya que "no hay ningún parámetro actual en la marcha de la empresa que pueda justificar cualquier tipo de recorte o degradación en las condiciones laborales de Iberdrola", han detallado los sindicatos.
El pasado mes de julio, la empresa presentó un beneficio neto de 1.845 millones de euros en el primer semestre del año, lo que representa un incremento del 12,2% con respecto al mismo periodo del ejercicio pasado. Además, reafirmó sus estimaciones de crecimiento de sus ganancias para 2020 en niveles de 'digito simple medio/alto', a pesar de la situación incierta que suponen los efectos de la crisis sanitaria.
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