Así es el FP de Vitivinicultura de Sanlúcar: "Cuanto más sé, menos sé, y más me gusta"

El IES Francisco Pacheco de Sanlúcar emprende su tercer año con una formación dual, donde más de la mitad de las horas lectivas se realizan en las bodegas del Marco. "Vienen con ganas", apuntan desde el sector

Montserrat Llover, estudiante del FP de Vitivinucultura, en plena faena en las bodegas Williams & Humbert.
Montserrat Llover, estudiante del FP de Vitivinucultura, en plena faena en las bodegas Williams & Humbert. JUAN CARLOS TORO

Lunes, ocho de la mañana. Toca, por ejemplo, la asignatura Cata y cultura vitivinícola. O Análisis enológico. Quizás más atractivas que Procesos bioquímicos, o que Legislación vitivinícola y seguridad alimentaria. Pero en las aulas del IES Francisco Pacheco acabará sonando la campana y llega el trabajo en casa. Apuntes, resúmenes, a lo mejor algún artículo en revistas o periódicos para estar al tanto de la actualidad. Todo esfuerzo es bien merecido en el FP de Vitivinicultura porque, al ser modalidad dual, ya en segundo curso de este grado superior tocará pasar casi todo el tiempo en las bodegas, aprendiendo el oficio in situ.

Una de esas alumnas es Tatiana Ruiz. Sanluqueña, ya hace diez años estudió para ser técnico de Laboratorio, pero "como no hay trabajo", tuvo que repensar su futuro. "A mí me está encantando, tocas muchas cosas, desde la asignatura en el campo, como la recolección, hasta que llegas a bodega, aprendes cómo se elabora hasta el embotellado". Está en La Guita, en Sanlúcar, empapándose de criaderas y soleras. Eso sí, no fue su primera experiencia en una bodega, porque ya las prácticas de laboratorio en sus anteriores estudios, hace diez años, las hizo en una. Solo que ahora aprende en diversos ámbitos.

Y, además, al ser el sistema dual, aprende de los sabios del tiempo. "Voy preguntando todo lo que pueda, porque tienen otros nombres que no son exactamente los que estudias, otras formas de hacer las cosas". Lo importante es que esas enseñanzas no se pierdan el día de mañana. Un estudio de FP, tan exigida por Europa como modelo de enseñanza superior para el futuro de España en la lucha contra el desempleo, que llena de sangre nueva, formada más allá de los estudios de Enología que ya existen, es todo un impulso para el futuro del sector.

Montserrat Llover, tras realizar el aspillado. FOTO: JUAN CARLOS TORO
Montserrat Llover, tras realizar el aspillado en las bodegas Williams. FOTO: JUAN CARLOS TORO

Así lo cree también el director del IES Francisco Pacheco, Antonio Lechuga. Este que comienza es el tercer curso. El pasado junio debió graduarse el primero aunque la crisis sanitaria no permitió galas, pero habla de éxitos. "Es un trabajador polivante y una renovación en las bodegas. Hay un nicho laboral ahí, y resulta muy atractivo", resume. "Pueden trabajar en laboratorio, vitivinificación, embotellado... Es una gran polivalencia. Las bodegas de Sanlúcar y Jerez han recibido a los estudiantes como agua de mayo, algunos trabajando incluso en verano".

Tal y como explica Lechuga, muchas de las ideas preconcebidas del sector harían pensar que no hay  una intención real de dar entrada a esa sangre nueva, de nuevos perfiles académicos transversales, de profesionales que procedan de la FP. "Existe el prejuicio de que es un sector rancio, clasista. Pero existe, lo digo de verdad, gente joven que comercializan en el extranjero, que vienen de Somontano, que venden en Chile, en La Rioja, que tienen estudios serios, que se conocen entre ellos, que tienen muchas ideas, y suponen una renovación importante en el mundo de las bodegas de Jerez y Sanlúcar. Esto hace que los propios profesionales tengan capacidad de proyección. En un par de años pueden graduarse en Enología, por ejemplo en la Universidad de Cádiz". De esta forma, hay un ecosistema que está abierto porque desde su esfera alta ya lo hace para mejorar.

De hecho, las barreras mientras ha avanzado el FP se han ido rompiendo respecto de las dificultades endémicas de entendimiento que existen en España entre las empresas y los centros educativos. "Ahora vienen, o vamos nosotros, y hay mucho entendimiento". Eso facilita gestiones en el día a día y redunda positivamente tanto para las propias empresas como, evidentemente, para los estudiantes.

El primer trimestre del primer curso se hace exclusivamente en el instituto. El segundo son dos días en el centro y tres en la bodega, y uno solo en las aulas por cuatro en las bodegas en el tercer trimestre. Para el segundo curso, ya todo tiene lugar en los centros de trabajo, con alguna excepción. En El Guerrita, de Armando Guerra, tienen lugar las clases de catas, externalizadas. "Es una persona importante. Es amigo de todos los bodegueros, trabaja en Barbadillo pero ha pivotado para el entendimiento de todos".

En Sanlúcar, hay convenios con "prácticamente todas las bodegas que tienen producción propia. Delgado Zuleta, por ejemplo, que el gerente fue director del Consejo Regulador, y nos ayudó bastante. Tenemos Barbadillo, Hidalgo-La Gitana, Barón, Argüeso, Yuste... Y en Jerez, nos echaron una mano primero Williams, y luego incorporamos a González Byass, Estévez, Fundador recientemente también y la cooperativa Nuestra Señora de las Angustias, o la de Trebujena... Tenemos un gran empuje. No existe en eso ningún resquemor, que conste en acta", bromea.

Antonio Lechuga, director del IES Francisco Pacheco, durante la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA
Antonio Lechuga, director del IES Francisco Pacheco, durante la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA

En esa primera bodega que dio pie en Jerez al FP, Williams, se encuentra la también estudiante de segundo curso Montserrat Llover. A sus 40 años, le ha llegado "el interés por el vino más tarde", reconoce. Ya había estudiado Decoración de Interiores, pero en los viajes que fue haciendo en los últimos años le entró la pasión. "A nivel usuario hay mucha información a la que no tienes acceso, necesitas que te vayan dando unas pautas. Al tener el ciclo en Sanlúcar, vi la oportunidad. Tengo la impresión de que, cuanto más sé, menos sé, y más me gusta".

También ha ido rotando por cada función en la bodega jerezana. Estos días está aspillando junto a uno de los enólogos de Williams & Humbert, Juan Luis Morales, del equipo técnico. "Vienen con ganas. Los que he conocido son estupendos". "Cualquier duda nos la solucionan", indica Llover. Morales subraya que "hasta que no te incorporas a una bodega, no sabes la profesión. Llevan dos años y cuando se incorporen a una bodega, lo conocen. Y conocen los trabajos, que es muy importante para saber qué les gusta y que no". La rotación, indica, da ese factor global. Y el FP, considera, será bueno para el sector. "Mientras más nos formemos, mejor. Algo bueno que tienen ellos es que al estar haciendo prácticas, hablan con quienes llevan muchos años, aprenden y aportan. Eso es valiosísimo. Incorporamos los conocimientos que traen del estudio con la experiencia de la que se nutren, y eso es fantástico".

La FP Dual, una propuesta con futuro que aún debe crecer

El director del IES Francisco Pacheco reconoce que en España aún queda mucho trabajo por delante para seguir afianzando y "poniendo en valor, como dicen los políticos" la FP Dual. Porque "soluciones mágicas no hay, pero creo que la FP es la asignatura pendiente del sistema educativo. Esto se produce como consecuencia de algunas carencias importantes. Una es el exceso de academicismo en el sistema educativo. Donde se aprende a trabajar es en la empresa. Otra es el recelo entre sistema educativo y empresarial. Aprender a trabajar en automoción se aprende en la cadena de montaje y hay que llegar a un gran acuerdo por la FP Dual. Debe tener un impacto positivo, sin que se improvise, como suele pasar", incide Lechuga.

En la realidad general, no específicamente en este FP, sí ha habido problemas para aplicarse en España en términos generales. "Es una sobrecarga enorme. Por eso hay tanto en los centros privados, porque no tienen las condiciones laborales del público. Hay que saberlo montar. La FP Dual no es la panacea, pero hay que fomentarlo". Y las empresas tienen que estar encima. "Es diferente a unas prácticas, es aprender directamente allí".

Luego está aquello de que es la opción B de la universidad. "Es un prejuicio. No es cierto. La realidad se impone. Hay alumnos con carreras previas que llegan a la FP. No es de malos estudiantes, no tiene que estar para eso". Lo va demostrando, no sin muchos esfuerzos por parte de instituto y empresas, estudios como éste.

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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