La plataforma Salvemos Doñana ha denunciado el proyecto aprobado por la Junta de Andalucía que autoriza el vertido de aguas contaminadas desde la corta minera de Aznalcóllar al río Guadalquivir. La organización reclama una protección más estricta para Doñana y exige un modelo de minería con vertido cero, como única vía para garantizar la sostenibilidad ambiental y la continuidad de actividades económicas tradicionales como la pesca y el cultivo de arroz.
Un desastre ecológico como el de 1998
Según la plataforma, la corta de Aznalcóllar funciona de facto como una balsa minera, ya que contiene varios hectómetros cúbicos de agua contaminada y recibirá los residuos generados por la reapertura de la mina Los Frailes. La previsión es evacuar estas aguas tóxicas tras su tratamiento mediante una tubería de 30 kilómetros, con destino final en el río Guadalquivir, a la altura del Estadio de la Cartuja, en Sevilla. Para Salvemos Doñana, este plan podría reproducir un desastre ecológico como el ocurrido en 1998.
En aquel año, la rotura de la presa en esta misma explotación provocó el vertido de más de seis millones de metros cúbicos de lodos y aguas contaminadas que afectaron unas 4.600 hectáreas, alcanzando incluso las puertas del Parque Nacional de Doñana. La posterior limpieza, costeada por la Junta de Andalucía y nunca abonada por la empresa responsable, ascendió a 90 millones de euros. Pese a los daños sufridos, el área afectada sigue sin contar con protección legal efectiva, advierte la organización.
Vertido anual de 4.000 metros cúbicos con la reapertura de la mina Los Frailes
La reapertura de la mina Los Frailes contempla un vertido anual de 4.000 metros cúbicos durante al menos 17 años, además del vaciado inicial de las aguas contaminadas ya acumuladas en la corta. Para Salvemos Doñana, el proyecto ignora los efectos acumulativos de esta actividad sobre el entorno natural y las economías locales, que ya conviven con otros vertidos autorizados en la misma zona, y supone una amenaza directa para el estuario del Guadalquivir.
La plataforma advierte de las consecuencias que tendría la contaminación del río con metales pesados como arsénico, cadmio, plomo o zinc, no solo para los ecosistemas fluviales, sino también para sectores económicos clave como los arrozales de las marismas sevillanas y la pesca en la desembocadura del Guadalquivir, hasta Sanlúcar de Barrameda. “Se está poniendo en riesgo el equilibrio entre conservación ambiental y desarrollo sostenible”, señala el comunicado.
Por todo ello, Salvemos Doñana rechaza rotundamente el uso de la corta de Aznalcóllar como vertedero minero y urge a la Junta de Andalucía a priorizar el objetivo de vertido cero para cualquier proyecto extractivo en la comarca. La plataforma considera que es el único camino posible para salvaguardar los valores naturales de Doñana y garantizar un futuro sostenible para la región.
