Un equipo de investigadores liderado por la Universidad Rey Juan Carlos ha identificado por primera vez en la localidad sevillana de Carmona la presencia de una araña exótica procedente de Asia, denominada Howaia mogera. El hallazgo se ha producido en el marco de un estudio sobre la biodiversidad de especies arácnidas en ambientes subterráneos, concretamente en los históricos acueductos romanos que recorren el subsuelo del municipio.
La investigación ha contado con la colaboración de especialistas de la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad Europea de Madrid, el Grupo Ibérico de Aracnología y la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas. Su objetivo principal ha sido documentar la presencia de fauna autóctona de artrópodos cavernícolas, un ámbito poco explorado científicamente en el sur peninsular.
Técnicas de captura no invasivas en un entorno patrimonial
Debido al alto valor patrimonial del enclave, se aplicó un protocolo de captura minucioso y respetuoso con el entorno, basado en técnicas manuales no invasivas. Esta labor fue ejecutada por dos de los coautores del estudio, pertenecientes tanto a la Universidad Europea como a la Asociación Andaluza. Tras la recolección, se realizaron análisis morfológicos y genéticos que permitieron confirmar la identificación de la especie.
Howaia mogera pertenece a la familia de los nestícidos, arácnidos que suelen habitar en espacios de elevada humedad, como cuevas o estructuras subterráneas. Según los investigadores, la especie asiática es muy pequeña y ya se encuentra probablemente establecida en la zona, aunque aún no se han determinado los posibles efectos ecológicos de su presencia.
Una expansión silenciosa de medio siglo
El estudio indica que esta araña lleva más de 50 años expandiéndose fuera de su área nativa, gracias posiblemente al tráfico internacional de mercancías. Ya ha sido detectada en más de 13 países. El investigador Fernando Cortés-Fossati subraya la importancia de continuar el seguimiento científico de su evolución, al considerar que "aún quedan preguntas por responder".
En este sentido, advierte que una de las cuestiones más relevantes es esclarecer si se trata de una especie invasora —capaz de generar efectos negativos en el ecosistema— o si su presencia debe considerarse meramente exótica. Recuerda, además, que España alberga numerosas especies subterráneas endémicas y amenazadas, por lo que cualquier alteración podría tener consecuencias impredecibles en la biodiversidad local.


