La última semana ha sido devastadora para los embalses de la provincia de Cádiz. A pesar de que en los últimos días se han producido algunas lluvias, estas han sido de poca intensidad y no han calado en los embalses de la provincia.
Así lo demuestran los datos oficiales de la Junta de Andalucía para este 8 de diciembre, un festivo en el que el consumo de agua no decae debido a la actividad persistente de sectores como la hostelería, que están en unos días de mucha importancia.
Este 8 de diciembre, la provincia amanecía con la capacidad de los embalses en el 15,57%. En hectómetros cúbicos, los 10 embalses suman 282,42, que son menos que los 282,83 de hace exactamente una semana. Es decir, un descenso de casi medio hectómetro cúbico, que no es mucho porque las lluvias han detenido relativamente la caída, pero no es suficiente, ni mucho menos, para que los embalses se recuperen.
También tiene influencia en que la caída no sea abrupta la decisión tomada por prácticamente todos los ayuntamientos gaditanos de hacer caer la presión alrededor de un 20% en muchas horas del día.
Por embalses, la situación más preocupante es la de Zahara-El Gastor, en un 3,74% de capacidad. Solo se salva, con el 83% de capacidad, el embalse de Arcos, que es también el segundo embalse más pequeño de la provincia, con una capacidad de 14,6 hectómetros cúbicos.
Es decir, la situación es desastrosa porque los embalses más importantes tienen poca agua. El más grande e importante, el del Guadalcacín, está en algo menos del 17% de capacidad. Por importancia, los de Barbate, el citado de Zahara y el de Bornos, no llegan al 10% de capacidad.
Por lo tanto, las tímidas lloviznas de los últimos días no han servido apenas para nada y la provincia necesitará encadenar varias semanas de lluvias abundantes para eliminar el riesgo de desabastecimiento. Muestra de ello es que el año pasado, justo en este puente, los embalses estaban en 405 hectómetros cúbicos, una pérdida constante.


