El caño de Guadiamar, en Doñana, podría experimentar un retroceso de medio siglo en su situación hidrográfica y es que el nuevo plan de choque del Gobierno de España prevé intervenir en el gran despropósito que tuvo lugar hace aproximadamente 50 años, cuando se desvió el curso del río para ganar tierras de cultivo.
Esta actuación contará con una inversión de 16 millones de euros que podrán ampliarse "sustancialmente" en caso de ser necesario y que está ya incluida en el Plan Hidrológico de la cuenca del Guadalquivir que mantendrá su vigencia hasta 2027.
Para contextualizar la situación, el cauce vertiente de la marisma quedó reducido en un 60%, pasando a contar únicamente con los aportes de los arroyos de La Rocina y El Partido, lo que provocó una situación de indefensión en épocas de sequía.
La cosa aún pudo ser peor porque este proyecto, Plan Almonte Marismas, buscaba en un principio desecar la marisma en su totalidad para destinarla a tierras de cultivo. Aunque no se llegó a este punto, la separación del río y la marisma provocó un importante problema medioambiental que ahora pretenden revertir. Tras el desastre de Aznalcóllar salió a la palestra la idea de reconectar las dos zonas y, tras caer en saco roto pese a estar incluido en el Plan Doñana 2005, ahora vuelve a retomarse.
Ahora bien, no será fácil que llegue a buen puerto, en primer lugar porque tendrán que comprar los derechos de agua y la adquisición de las fincas de la zona en las que hoy en día se cultiva. En cualquier caso ya se ha dado un primer paso con el encargo a la empresa Tragsatec de un estudio de alternativas (el anterior realizado quedó inútil tras el vertido de residuos tóxicos).
El director de la Estación Biológica de Doñana, Eloy Revilla, ha apuntado que "reconectar con el Guadiamar sería darle vida a la marisma durante más tiempo", una actuación que permitirá que las marismas "estén inundadas más tiempo y haya más posibilidades de éxito para las aves".
De igual manera, los responsables del parque señalan la importancia de recuperar la conexión de la marisma con el Guadiamar, ya que "baja directamente desde Sierra Morena, una zona más lluviosa, con agua de mejor calidad y que recuperará un corredor natural para la llegada de distintas especies".
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