Doñana: de coto de caza a Reserva de la Biosfera en medio siglo

Antonio Machado y Núñez, abuelo de los hermanos Antonio y Manuel Machado, fue el primero que estudió con interés científico la fauna del parque. El Gobierno andaluz publica una declaración institucional por la que se manifiesta el compromiso para su conservación

Absuelven a dos ex alcaldes de Almonte por extracciones ilegales de agua en el parque de Doñana
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Por Doñana, paraje paradisíaco localizado en el suroeste de la Península Ibérica y vinculado desde el siglo XVI a la Casa de Medina Sidonia, habían pasado ya tartésicos, fenicios, romanos y árabes. Según las crónicas, Doñana era desde el siglo XIII coto preferido de cazapara la realeza y las clases nobiliarias, por su rica y variadísima fauna.

Siete siglos después, Doñana sigue siendo uno de los espacios naturales con mayor biodiversidad de Europa. Ubicado entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo y entre los continentes europeo y africano, Doñana es lugar de paso, cría e invernada de más de 300 especies de aves migratorias y refugio de algunas de las especies animales más amenazadas del planeta, como el lince ibérico o el águila imperial.

El antropólogo y catedrático de Zoología en la Universidad de Sevilla Antonio Machado y Núñez, padre de Demófilo y abuelo de los hermanos Antonio y Manuel Machado, publicó en 1854 su Catálogo de las aves observadas en algunas provincias andaluzas, por el que comenzó a tomarse conciencia de la importancia de la fauna existente en este enclave. A raíz de este trabajo, Doñana empezó a recibir la visita de naturalistas y cazadores procedentes de toda Europa.

El coto de Doñana perdió su vinculación con la Casa de Medina Sidonia, a la que había pertenecido durante cuatro siglos, en el año 1900. Entonces, Joaquín Álvarez de Toledo y Caro, el XIX duque de Medina Sidonia, se lo vendió al bodeguero de ascendencia irlandesa Guillermo Garvey Capdepón, que invirtió tiempo y dinero en devolver a aquel espacio el esplendor que había ido perdiendo con el tiempo.

En 1952, invitados por el marqués de Bonanza, Mauricio González-Gordon, uno de los tres propietarios que tenía entonces el coto, los naturalistas José Antonio Valverde y Francisco Bernis visitaron Doñana para realizar el primer anillamiento de aves en este espacio natural, lo que atrajo a numerosos ornitólogos y conservacionistas europeos y despertó el interés de las instituciones por el entorno.

Tras sucesivas campañas de anillamiento, José Antonio Valverde lideró una estrategia de comunicación y proyección exterior de los valores naturales de Doñana, que culminó con la organización de una colecta internacional que haría posible la adquisición de la primera finca destinada directamente a la conservación y la investigación. La mencionada colecta fue el origen de WWF e hizo posible la creación de la Estación Biológica de Doñana, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en 1964.

El trabajo de Valverde no cesó. Y fruto, en buena parte, de su insistencia, el 16 de octubre de 1969 se aprobó el decreto de creación del Parque Nacional de Doñana, que afectaba a unas 35.000 hectáreas de terreno pertenecientes a los municipios de Almonte e Hinojos, en Huelva, y de Aznalcázar y La Puebla del Río, en Sevilla.

Estudio realizado en 1854 por Antonio Machado y Núñez sobre las aves de Sevilla, Huelva y Cádiz.

En 1978, la Ley 91/1978 del Parque Nacional de Doñana supuso la dotación de una norma mucho más amplia y completa y, sobre todo, una ampliación del Parque Nacional original, que abarca desde entonces más de 50.000 hectáreas, y fija otras zonas de protección. En la actualidad, el Parque Nacional de Doñana ocupa una extensión de 60.149,42 hectáreas, incluyendo las zonas mencionadas.

En 1989, la Junta de Andalucía crearía el Parque Natural de Doñana, que tras varias ampliaciones ocupa en la actualidad una extensión de 68.236,4 hectáreas de terreno pertenecientes a los municipios de las provincias de Huelva (Almonte, Hinojos, Lucena del Puerto, Moguer, Palos de la Frontera), Sevilla (Aznalcázar, Isla Mayor, La Puebla del Río, Pilas y Villamanrique de la Condesa) y Cádiz (Sanlúcar de Barrameda).

Nueve años antes, en 1980, la Unesco había clasificado el espacio natural de Doñana como Reserva de la Biosfera, una delimitación que afectaba a 77.260 hectáreas del Parque Nacional y del Parque Natural de Doñana, por la variedad de ecosistemas que alberga y el alto número de especies que tienen su hábitat en el paraje. En 1982, el espacio fue incluido en la lista de humedales del Convenio de Ramsar, y en 1994 la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad.

En julio de 2012, la Unesco aprobó la ampliación de la reserva de la Biosfera de Doñana, que pasó de las 77.260 hectáreas a más de 255.000 hectáreas, añadiéndole una zona de transición en la que se incluyen términos de los distintos municipios que componen la comarca de Doñana.

Texto íntegro de la declaración institucional por la que se manifiesta el compromiso del Gobierno andaluz con el presente y futuro de Doñana y su conservación como legado para las generaciones venideras:

El próximo 16 de octubre se cumplen 50 años desde que Doñana fuera declarado Parque Nacional. Desde entonces ha tenido que hacer frente a diferentes retos para preservar sus valores intrínsecos como Espacio Natural, su extraordinaria biodiversidad, sus ecosistemas, e incluso sus valores culturales donde la tradición forma parte de la vida de sus habitantes, en un claro ejemplo de convivencia, desarrollo y conservación.

En la década de los años 50 del siglo pasado, el territorio del actual Parque Nacional de Doñana, así como el resto del territorio más cercano al mismo, iba a ser objeto de grandes transformaciones para desecación y cultivo en la marisma y de plantación de gran número de eucaliptos en las arenas. Asimismo, ya en los 60, existía una fuerte presión debido al desarrollo turístico de su litoral.

En esa época tiene lugar también el arranque del reconocimiento sistemático de los valores naturales de Doñana y el inicio de una campaña de difusión fundamental para hacer ver el interés singular de este lugar. En todo este proceso fueron fundamentales, personas y organizaciones que, con una visión de futuro adelantada a su tiempo, supieron ver la necesidad de preservar el valor natural de este enclave.

Fruto de estas iniciativas comienza a funcionar la Reserva Biológica de Doñana en 1964 y de ahí, no sin esfuerzo, se llega a la declaración de Doñana como Parque Nacional mediante Decreto 2412/1969, de 16 de octubre, declaración que cobra mayor protagonismo jurídico y territorial con la promulgación de la Ley 91/1978, de 28 de diciembre, del Parque Nacional de Doñana.

Hoy día, el Espacio Natural de Doñana, constituido por el Parque Nacional y el Parque Natural de Doñana, se localiza en el extremo occidental de Andalucía con territorio en las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. Su extensión y situación estratégica, en la confluencia entre las regiones mediterránea y atlántica por un lado, y entre el continente europeo y el africano por otro, convierten a este espacio natural en una de las zonas húmedas más importantes de Europa.

Doñana sigue siendo en este momento un lugar privilegiado dada la variedad de paisajes existentes en su entorno, tales como los extensos pinares de pinos piñoneros y un denso matorral mediterráneo que proporcionan un hábitat adecuado al emblemático lince ibérico y a diversas especies de rapaces como el águila imperial, los sistemas dunares que corren en paralelo a la costa, y sobre todo los humedales que constituyen medios muy favorables para el desarrollo de comunidades de aves muy diversas que convierten este enclave en un paraíso desde el punto de vista ornitológico.

Por otro lado, estas tierras han sido pobladas y modificadas por el hombre a lo largo de su historia. Usos tradicionales como la apicultura, la recolección de piñas o la agricultura aún se practican, aunque se están perdiendo algunas profesiones vinculadas a este espacio, como el carboneo. De su tradición ganadera se conserva la Saca de las Yeguas, que se celebra todos los años en junio en el municipio de Almonte, sin que pueda dejar de mencionarse su vinculación con la Romería del Rocío, mundialmente conocida.

Es en 1989 cuando, mediante la Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía y se establecen medidas adicionales para su protección, se crea el Parque Natural de Doñana, extendiendo el área protegida, apostándose por un modelo de desarrollo sostenible para toda el área de influencia socioeconómica, siendo ya en 2006 cuando la Junta de Andalucía asume también la gestión del Parque Nacional.

Echando la vista atrás, desde la primera declaración del Parque Nacional de Doñana, se han venido sucediendo distintos reconocimientos internacionales sobre este espacio natural que resaltan aún más si cabe la gran importancia e interés de sus valores naturales y culturales. Su relevancia internacional se pone de manifiesto por la inclusión de todo o parte de su territorio en importantes redes supranacionales de extraordinario prestigio: Reserva de la Biosfera de la UNESCO; Zona de Especial Importancia para las aves (ZEPA); Zona de Especial Conservación (ZEC); Lista Verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN); Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO junto a un conjunto de reconocimientos como la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS) o el Diploma del Consejo de Europa a la Gestión y Conservación.

No se puede olvidar, por otro lado, que, a lo largo de este recorrido, Doñana ha tenido que hacer frente también a situaciones muy difíciles, entre ellas destaca el esfuerzo realizado de recuperación y restauración tras el accidente de Aznalcóllar de 1998, y más recientemente, el incendio que en 2017 afectó al Parque Natural y en el que la intervención de los medios de extinción fue ejemplar así como los trabajos y procesos para evaluar y restaurar la zona incendiada.

En este devenir, Doñana cumple ya 50 años, el tiempo transcurrido desde que el 16 de octubre de 1969 se estableciese por Real Decreto la máxima protección a este este espacio natural que es orgullo de toda Andalucía, efeméride que debe, también, ser el punto de partida desde el cual trazar la senda de futuro de Doñana.

El Gobierno andaluz garantiza en la actualidad que las tareas para la conservación de Doñana se mantengan, haciendo además un considerable esfuerzo por ampliar y mejorar la gestión activa, dando respuesta a los nuevos retos que se presentan, comprometiendo presupuestariamente los proyectos considerados clave para la conservación y restauración, en su caso, de los distintos ecosistemas de Doñana.

Por ello, el Gobierno andaluz, con el objetivo prioritario de impulsar la gestión sostenible de Doñana y preservar sus valores naturales, ha hecho de 2019 el año de la inversión en este Espacio Natural, habiendo destinado la cifra de 17,5 millones de euros en este ejercicio, con el compromiso de mantener ese esfuerzo financiero para el próximo año.

Todo ello no es más que reflejo de la actuación del Gobierno andaluz en ejecución del mandato contenido en el propio Estatuto de Autonomía, cuando en su artículo 195 establece que los poderes públicos orientarán sus políticas a la protección del medio ambiente, la conservación de la biodiversidad, así como de la riqueza y variedad paisajística de Andalucía para el disfrute de todos los andaluces y andaluzas y su legado a las generaciones venideras.

Doñana constituye el mejor ejemplo de confluencia de aquellos elementos que son dignos de protección por los poderes públicos y, por ello, es tan importante para este Gobierno, para Andalucía, así como para el resto de la Humanidad, que su valor sea reconocido una vez más y renovado el compromiso por su protección. Ello la hace merecedora de figurar con nombre propio en nuestro Estatuto de Autonomía para garantizar su pervivencia.

Es por tanto apuesta decidida de este Gobierno afrontar con determinación los principales retos a los que Doñana ha de enfrentarse para que, después de 50 años, siga siendo un referente para todo el mundo en desarrollo sostenible, garantizando que éste sea nuestro legado a las generaciones venideras y, para ello, mediante la presente declaración institucional se compromete:

A fortalecer la imagen positiva y el reconocimiento de los valores de Doñana, para estrechar los vínculos con los municipios de su entorno y el sentimiento social de pertenencia, impulsando actuaciones e iniciativas que refrenden la apuesta colectiva por la conservación de este espacio natural.

A mantener el esfuerzo inversor necesario para hacer frente a los retos de futuro de Doñana. A promover la introducción de una mención expresa a la importancia de los Parques Nacionales de Andalucía, como el de Doñana que ahora cumple 50 años, y a la necesidad de su conservación en la próxima reforma del Estatuto de Autonomía que, en su caso, se produzca.

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