La berrea del ciervo se llama así por los sonidos guturales que emiten los machos para atraer a las hembras a su territorio. El municipio campogibraltareño de Los Barrios se propone organizar, salvo que la lluvia lo impida, una jornada nocturna el próximo 24 de septiembre, en clave familiar, a la que la organización -la delegación de Turismo, que dirige el edil Antonio Dávila recomienda llevar vehículo propio, ropa cómoda para caminar e ir provisto de linterna, prismáticos, calzado apropiado y una "mantita".
Una visita familiar a la berrea del ciervo, organizada en este caso por Mundoposibilidades Ocio y Actividades, aunque hay otras empresas en torno al parque natural de los alcornocales que también proponen actividades muy parecidas. Es el caso de Tugasa, Rutas de senderismo en Benalup, Genatur o Ruta Siete. "Un ritual que dura un mes y medio. Un espectáculo único, donde los ciervos viven su etapa anual de celo. Es la ley de la supervivencia, la lucha por ser el más fuerte para poseer su harén de hembras, asegurar descendencia y perpetuar de esta manera la especie", aseguran desde el Ayuntamiento de Los Barrios.
Tras la suspensión por la pandemia, Dávila ha destacado "este año recuperamos esta actividad y cuenta con un atractivo adicional que es que pueden participar los más pequeños para contemplar la berrea del ciervo en los Montes Públicos del Ayuntamiento. Contento de ofertar esta actividad única que se produce en esta época y que tenemos la suerte de poder vivirla en nuestro municipio".
Otra oferta está llena de encanto: el Hotel Castillo de Castellar propone una salida al Parque Natural de los Alcornocales para conocer en primera persona uno de los fenómenos más particulares que nos brinda la naturaleza en esta estación del año, la berrea del ciervo y ronca del gamo.
"Desde el punto de encuentro en La Jarandilla y acompañado de guías especializados disfrutarás de una maravillosa ruta nocturna rodeado de pura naturaleza, escuchando los bramidos de los ciervos. Una experiencia única que hay que ver al menos una vez en la vida".
Los ciervos machos compiten por la atención de las hembras, haciendo resonar sus gargantas al atardecer, rompiendo el silencio con su estremecedor bramido y convirtiendo la visita al Parque en un espectáculo irrepetible.


