Asociaciones ecologistas se rebelan contra un parque eólico en Cabo de Gata

Los colectivos y las personas adheridas a la Plataforma Stop Parque Eólico Mar de Ágata han querido "mostrar y argumentar nuestra contundente oposición al proyecto de parque eólico marino

Una simulación del futuro parque eólico.
Una simulación del futuro parque eólico.

El proyecto de parque eólico marino Mar de Ágata, promovido por la mercantil “Parque Eólico Marino Mar de Ágata, S.L.”, sociedad formada por “BlueFloat Energy” y “Sener Renewable Investments” no está exento de polémica. Los ecologistas no parecen muy convencidos de dicho proyecto. La última organización en pronunciarse ha sido la Coordinadora Ecologista Almeriense a través de un comunicado.

Los colectivos y las personas adheridas a la Plataforma Stop Parque Eólico Mar de Ágata han querido "mostrar y argumentar nuestra contundente oposición al proyecto de parque eólico marino frente a la costa del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Somos conscientes de la necesidad de descarbonización de nuestro modelo energético para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que las energías renovables, bien planificadas, son una buena opción para alcanzar los objetivos marcados por la Unión Europea. Consideramos que este proceso debe abordarse adoptando un modelo de transición energética descentralizado y participativo, con estrategias de reducción del consumo mediante la mejora de la eficiencia energética y con el menor impacto posible sobre el medio ambiente".

Según dicha plataforma, supondrá la destrucción del paisaje natural, siendo este uno de los principales valores del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. La instalación del parque eólico resulta inadmisible, ya que sería visible durante el día desde muchos kilómetros de la costa y durante la noche luces intermitentes irrumpirían en el cielo nocturno sobre el horizonte.

La cuestión paisajística no es en absoluto banal, y prueba de ello es que el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, fue declarado como tal mediante el Decreto 314/1987, de 23 de diciembre, concediéndole un régimen jurídico especial con la finalidad de «atender a la conservación de sus ecosistemas naturales y valores paisajísticos» (cita textual del Decreto). El singular paisaje natural del espacio protegido Cabo de Gata-Níjar supone un aspecto de gran transcendencia tanto para la calidad de vida de las personas que residen en él, como para la función de “atracción” que tiene en el desarrollo de las actividades económicas vinculadas al espacio natural.

Los principios que propugnan la conservación del paisaje como recurso favorable para el desarrollo local están amparados por el Convenio del Paisaje del Consejo de Europa y el artículo 34 de la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. El Decreto que aprueba el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, con objeto de evitar el impacto paisajístico de los parques eólicos, establece su expresa prohibición en el artículo 5.3.9. Aunque ciertamente el parque eólico proyectado se ubica fuera de los límites del Parque Natural, a una distancia mínima de su límite marítimo de 4,91 km, es más que obvio que el impacto paisajístico existe, al situarse dentro de las cuencas visuales de gran parte de su costa.

También denuncian efectos negativos sobre las aves y el medio marino del entorno. "El parque eólico es una fuente de emisión de ruido, tanto durante la fase de montaje, como en la fase de explotación y desmantelamiento, que puede afectar a los peces y mamíferos marinos. Los artefactos flotantes irán fijados al lecho marino mediante anclajes y se instalará una red kilométrica de cables enterrados y suspendidos en el mar que puede afectar a los hábitats y comunidades bentónicas. También genera campos electromagnéticos, contaminación lumínica nocturna y crea obstáculos con riesgo de impacto para tortugas marinas".

El último punto que se argumenta es no cumple los criterios de una transición ecológica justa. "La macro instalación industrial proyectada, responde a un modelo de explotación de las grandes multinacionales que controlan el mercado de la energía y venden la producción en la autopista energética, explotando el territorio sin miramientos y priorizando el beneficio económico, con escasas o nulas ventajas para la población local".

"El parque eólico no generará (como dicen) miles de puestos de trabajo, y mucho menos en la población local, ya que en este tipo de instalaciones sólo intervienen empresas especializadas debido a la compleja tecnología de los aerogeneradores, con múltiples componentes industriales suministrados por el fabricante. La construcción y mantenimiento de estas macroindustrias sólo está al alcance de grandes empresas especializadas". concluye.

 

 

 

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