El Gobierno de España ha comunicado que este lunes pasarán de fase todas las comunidades que así lo han pedido. De esta forma, políticamente se da validez a todo lo que éstas han reclamado para sus propios territorios. Es un cambio de actitud del Gobierno ante la posición más restrictiva que ha levantado disputas entre gobiernos, incluso del propio signo político.
La noticia más relevante para Andalucía es que Málaga y Granada, que llevaban una semana de retraso respecto al resto de la comunidad, avanzará de fase tras solo siete días de fase 2. Eso rompe la regla adelantada por el Gobierno de dos semanas por fase, pero se hace en el contexto de que desde esta próxima semana solo quedarán dos semanas de estado de alarma, mucho menos restrictivo que al comienzo del confinamiento, por lo que se da margen a las comunidades para que gestionen desde ya cómo quieren que sea la nueva normalidad.
La Junta de Andalucía había pedido el pase conjunto, pero ahora ahondará más en el debate interno del gobierno andaluz, con Cs enfrentado al PP y pidiendo que se permita desde ya la movilidad entre provincias. Soterradamente, Moreno Bonilla y Bendodo preferían que fuera el Gobierno el que cargara las culpas de mantener Málaga y Granada atrás para justificar que no hubiera una movilidad interprovincial dentro de la comunidad a dos velocidades, que afectaba enormemente a Almería, quedando aislada por tierra de otras provincias y en la práctica suponiendo una movilidad imposible, toda vez que no podrían pasar a otras zonas en fase 3 por carretera al tener que cruzar Málaga y Granada necesariamente, y siendo ilegal cruzar por otras comunidades autónomas (Murcia).
Por lo tanto, la Junta deberá despejar ya la incógnita y explicar si se dejará finalmente esa movilidad. Se partía de la base de que no se avanzaría a fase 3. Y esa era premisa del gobierno andaluz para negar los desplazamientos incluso entre provincias en la citada última fase de desescalada, por aquella de las comentadas dos velocidades.
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