Una de las frases célebres del gallego Julio Camba, uno de los padres del periodismo gastronómico, asegura que “la comida popular, buena o mala, debe constituir para el viajero un dato de tanto valor como el paisaje, con el que guarda siempre una íntima afinidad. Lo único explica lo otro”.
De modo que, si Jerez tiene 2.026 razones (o más) para haber sido elegida Capital Española de la Gastronomía, quienes visiten la ciudad en cualquiera de los doce meses de 2026 —cinco años antes de que también pueda ser Capital Europea de la Cultura—, comprobarán que no se entiende un ajo de viña sin la tierra albariza que engendró hace siglos el mundialmente conocido jerez, unos riñones sin las arquitecturas catedralicias de la industria del vino o un tocino de cielo sin la ruta de los conventos que todavía quedan en la trama intra y extramuros del núcleo urbano y continúan en muchos casos habitados por monjas de clausura. De un mosto en una barriada rural a la que se llega por serpenteantes caminos hasta la bandera roja característica por la placita de la alta cocina que reúne tres estrellas Michelin, pasando por tabancos centenarios, ventas que sirven comida de reyes, bares en lugares recónditos con uno de los mejores pescaítos fritos de Cádiz y tascas gloriosas.
La oferta culinaria y enogastronómica —Jerez tiene la ruta del vino y el brandy más visitada de España— es cada vez más apabullante y el destino cada vez cobra mayor fuerza a la hora de planificar unas vacaciones de media y larga estancia o una intensa escapada de fin de semana. El lema de la Capital Española de la Gastronomía en 2026 es Come, Bebe y Ama Jerez. No se hable más.
De la Zambomba a las Fiestas de la Vendimia
El ciclo anual de eventos en Jerez es famoso a nivel internacional. De hecho, celebraciones como la Feria del Caballo (del sábado 9 al sábado 16 de mayo de 2026) son un escaparate declarado de Interés Turístico Internacional.
Idéntica designación tienen las Fiestas de la Vendimia, que arrancan a primeros de septiembre y conmemoran el nacimiento de los nuevos caldos que se convertirán con el paso del tiempo en una gama de los más famosos vinos generosos del planeta tierra. Las Zambombas y la Semana Santa son otros momentos únicos para conocer Jerez.